El teléfono de Tom vibró. Lo agarró y salió del cuarto para responder a la llamada.
Volví a poner mi música a todo volumen, mientras me secaba el pelo con el secador. No me habían quedado mal. Busqué en mi maleta un conjunto de ropa color negro junto un cinturón plateado acompañado de unas botas del mismo color. Estaba mirando por la ventana pensando. Note que en mi bolsillo mi teléfono vibraba y conteste.
-¿Quién es?
-Habla el señor Hopeminn, ¿habló con Hazel Koilmadsz?
-Si si ¿Qué se le ofrece?- sabía que si me habían llamado era por algo, tal vez no les había gustado mi audición.
-Pues estuvimos hablando con la discográfica, han mirado sus resultados y piensan que tal vez podría tener un proyecto en solitario. La cita para hablar más al detalle es el día 9 de febrero.
-Esta bien, ¿necesita algo más?
-No, cualquier cosa consulte con mi secretaria por favor.
Cerré el teléfono del susto. Estaba tan emocionada que no me lo creía.
★ ★ ★ ★ ★
-Hola chicos qué pasa, ¿la fiesta de esta noche sigue en pie?
-Hey que pasa cabron. Claro que sí ¿Has cambiado de opinión?
-Si, hoy tengo concierto con los chicos, planeaba ir a la fiesta después de concierto.
-Pues guay tío, más o menos pasaros a las doce.
-Voy a llevar a una chica, no mirarla no tocarla que ya nos conocemos desgraciado.
-Tranquilo, propiedad privada, lo pillo.
-Vale, pues eso que antes de ir te llamo
-Esta bien, chao.
-Chao.
★ ★ ★ ★ ★
La noche era fría, con el cielo despejado y repleto de estrellas. Íbamos camino al concierto de esta noche. Estábamos caminando por la calle, el trayecto iba a ser breve. Varios montones de paparazzis nos cegaban con los flashes de sus cámaras. Iba tomada de la mano de Tom, firme, notaba sus suspiros por el bao que salía de su boca por el frío. Finalmente entramos al edificio. Es lo único que recuerdo, después de abrir los ojos. Gustav me estaba agitando para despertar.
-Hazel, debemos irnos- lo dijo en un tono suave.
De camino al coche, Tom me agarró de la cintura y me acercó a su pecho.
-Hazel, vamos a ir a una fiesta ¿Vienes?
Solo afirme con la cabeza. La casa donde era la fiesta era grande por fuera, con un par de estatuas de mármol blanco y limpio. Con la musica a máximo volumen. Un chico que estaba mirando por la ventana, salió en cuanto nos vió entrando.
-¡Hey chicos! Hacía tiempo que no os veía. -hizo una pausa mientras me observaba de arriba abajo - ¿Y tú eres?
-Hazel- extendí la mano.
-Bienvenida- la piel se me erizo cuando me agarró la mano y la beso cuidadosamente. También pude notar que Tom apretó los dientes y su pantalón al ver eso.
Dentro de la casa había mucha gente, junto con una mesa larga decorada con un mantel blanco llena de botellas de alcohol fuerte. Fui a la zona donde se sentaban a fumar, un cuarto más tranquilo y sin tantas luces. Estuve allí unos 10 minutos aproximadamente. Salí, el ambiente olía a puro alcohol. Busqué a Tom, o a Bill, o a Gustav. Giré la cabeza hacia un sofá, ahí estaba.
-Hazel...
Me senté a su lado, entonces me agarró y me sentó sobre él. Comencé a sentir sus manos agarrándome el culo. También sus besos sobre toda mi cara intentando buscar mis labios.
-Tom...-suspiré.
-¿No quieres mi cariño?...-me preguntó en voz baja. Me puse nerviosa.
-Tom, no delante de todos- en cuanto dije eso, agarró mi cuerpo para llevarlo a una habitación solitaria. Me dejó caer sobre una cama de sábanas grises.
Él comenzó a quitarse la camiseta lentamente, seguido de su gorra. No era la primera vez que le veía sin camiseta, pero si la primera en la que podía ver su torso desnudo al detalle. Hubo un detalle en el que me fijé, una cicatriz en el costado izquierdo por la zona de las costillas. Tom se quedó con el pantalón puesto al ver que observé su cicatriz. Ví que sus ojos se cristalizaron un poco, y me abrazó. Podía sentir su cuerpo caliente enrollándome.
-Tom...-no me digné a preguntar.
-Las tengo desde pequeño...no te preocupes, ya no me duele.- su voz sonaba quebrada. En ese punto no pude dejar de imaginarme cómo se había hecho esa cicatriz.-Un día en el colegio iban a pegarle una paliza a Bill, y me entrometí...
-Yo lo siento...
-Esta bien, quiero irme a casa- comenzó a ponerse la camiseta color azul marino.
★ ★ ★ ★ ★
La ví acostada en la cama tapada con la colcha. Me sentía avergonzado. Fui y me senté a su lado. Ella me agarró del brazo arrastrándome para que me metiera con ella bajo la colcha. Sonreí. Tenía el pulso a mil, y sentía que me costaba un poco respirar. Era de madrugada, solo íbamos ha hacer otro concierto al día siguiente, y por fin a descansar de entrevistas etc.
-Tom- escuché ese llamado, tenía una voz muy familiar. Era imposible. Me dí la vuelta y el sol me cegaba. Hacía calor y estaba un jardín lleno de flores de color blanco, la ví. De pronto sentí que había visto un fantasma, era mi madre. Justo como la recordaba. Con el pelo ondulado y rubio oscuro, con una piel tan suave y lisa ligeramente bronceada, con unos ojos que transmitían todo el cariño posible en una mirada, con un vestido verde pastel que le gustaba ponerse los domingos. Me hizo una señal para acercarme, y la seguí. Yo estaba descalzo pisando el césped. En cuanto me reuní con ella pude sentir lo que no había podido sentir desde hacía un par de años. Un beso suyo en mi frente. Pero no uno cualquiera, uno de los que olían a miel. Escuchar su risa, era como una melodía que solía escuchar los lunes, cuando hablaba con la vecina tomando un café en la terraza. Todos esos recuerdos...valen oro. Sentía que estaba flotando en una paz tan...tan pura. Hasta que todo eso se derrumbó cuando comencé a caer, o al menos a sentir que caía. Abrí los ojos apresurado, todo había sido un sueño. Hasta que vi sus ojos, igual de cariñosos que los de mi madre.
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BEING WITH YOU | Tokio hotel fanfic
Teen FictionAmarte es aceptar, que seas como seas, seguiré pensando en ti cómo el primer día.