Capítulo Uno.

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A pesar que ya estaban casi a mitad de la mañana aquella neblina parecía no querer desaparecer, ahora el aire era más espeso y hacia lucir lúgubre aquel el día. Miro la hora en el reloj del automóvil una vez más, marcaba las 11:11. Muchos aludían aquella hora con suerte e irónicamente era lo que Hyunjin pensó que necesitaría, mucha suerte y paciencia.

Estaciono sin problema alguno, se bajó del auto acomodando el cuello de su abrigo para ponerle un párale al frio, sus ojos se desviaron al nombre de aquel recinto, un apellido brillando en exacerbadas luces neón, algo impropio para una funeraria pensó.

Su presencia fue anunciada con forma al repiqueteo de las campanas en la puerta, un hombre anciano levanto la mirada del periódico encontrándose con los oscuros orbes del hombre con cabello rubio.

— ¿Se encontrara el señor Lee? — el anciano bajo el periódico doblándolo de manera diligente sobre el recibidor estirando su mano derecha apuntando hacia atrás, una puerta de caoba con una placa, en ella que rezaba "Lee Yongbok" — ¿Está disponible el señor Lee? — esta vez el rubio cambio su pregunta.

—Regreso hace diez minutos a su oficina — dijo el hombre luego de comprobar su reloj en la muñeca izquierda — Puede pasar, ¿gusta de un café señor Hwang?

—No, será una visita breve esta vez. — hizo un asentimiento de cabeza mientras pasaba de largo al anciano y daba dos golpes leve en la fina puerta.

—Adelante. — escucho la profunda voz del dueño de la oficina.

Rectifico su postura llevando sus hombros hacia atrás, miro de reojo sus hombros en busca de alguna pelusa del ambiente arruinando su impecable apariencia, al momento de entrar a la oficina observo al pelinegro levantar la mirada desde su computador mientras seguía los movimiento del mayor cerrando la puerta.

—Es temprano... — declaro luego de mirar el reloj en la pared — Hay dos posibles opciones para una visita a esta hora. O vienes a decirme que pronto llegara un cadáver por el cual harán muchas preguntas, o vienes a finiquitar un tema personal — cerro su laptop entrecruzando sus dedos sobre la plateada estructura y se quedó esperando una respuesta — ¿Cuál de los has venido hacer?

—La segunda — apunto hacia el asiento en frente de él recibiendo un asentimiento por parte del dueño de la oficina — Quería saber porque carajos le dijiste a Minho lo que paso.

—Insisto en que es muy temprano y sin embargo ya luces absolutamente cabreado, Hyunjin — sonrió breve y falsamente — Sin embargo responderé tu pregunta con otra... ¿Tengo aspecto de soplón? — El rubio enmudeció — Veo que tienes dudas con respecto a mis silencios. No lo negare, me he ofendido — puso una mano en su pecho de manera dramática — Llevo años trabajando como forense para la mafia, mi hermano es jefe de dicha mafia y entonces debo preguntar... ¿Por qué hablaría con Minho de lo que sea que haya pasado entre nosotros?

El Laberinto De Un Asesino. - Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora