Felix es un médico forense cuyo hermano mayor es el jefe de la mafia de Seúl. El menor de los Lee se asegura que cada cuerpo relacionado a una muerte a manos de la mafia pase como una muerte ordinaria, arriesgando su vida en ello.
Hyunjin es uno de...
—No amenaces a mi novio. — fue la fría advertencia de Seungmin.
—Entonces mantén la boca y el pene de tu novio alejado de Felix, mira que tampoco tengo problemas con acabar contigo si te interpones. Ahora súbanse al puto auto que ya está amaneciendo.
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El viaje de vuelta fue extremadamente silencioso. Hyunjin manejaba, Seungmin era el copiloto y Jeongin decidió echar una siesta en la parte trasera del auto, casi hora y media de silencioso viaje los llevo hasta la parte trasera del club en donde los dos menores se bajaron sin decir adiós, el sol ya comenzaba alzarse y aunque Hyunjin estaba muy tentado en ver a Felix luego de lo ocurrido la tarde anterior, solo pudo recordar como este se dejó besar por aquella chica lo que lo hacía enojarse al punto de no querer verlo de nuevo.
Cuando llego a su departamento se sacó los zapatos con pereza viéndolos llenos de barro, al igual que la parte baja de sus pantalones y su abrigo, se sacó todo de camino al cuarto del lavado dejando las prendas dentro de la lavadora mientras comenzaba a llenar la tina con agua caliente, casi al punto de ebullición, quería sentir cualquier tipo de cosa en vez de pensar en las acciones del pecoso de los últimos días, era totalmente irresponsable con su propia seguridad y aunque estuvo muy tentado a decirle a Minho lo que Felix le había contado sobre las amenazas decidió dejar todo en paz, ya hablarían ambos hermanos pensó.
Se sumergió en el agua casi hirviendo sintiendo como todo su cuerpo estaba casi ardiendo por la sensación, agrego un poco de agua fría pues no quería que la piel se le comenzara a salir, cerró los ojos, echo un poco de sales de baño para tener un olor agradable. No supo cuánto tiempo estuvo allí sumergido en su propia mugre con aromatizantes pero su tranquilidad fue interrumpida cuando el timbre fue tocado un par de veces.
—Debe ser una maldita broma... — susurro para sí mismo pero el timbre sonó una vez más, encogiéndose de hombros aguanto la respiración sumergiéndose un par de segundos en la bañera para luego salir por completo dejando el baño mojado colocándose la bata negra de material acolchado y su nombre bordado que había sido un regalo del pecoso hace unos cuantos años — ¿Quién mierda molesta un domingo por la mañana? — susurro molesto mientras se acercaba a la puerta dejando una estela de agua por el camino, fue entonces que vio un sobre amarillo asomado ligeramente por debajo de la puerta.
Abrió rápidamente sin esperanzas que la persona que dejo eso allí siguiera en el mismo lugar, el sobre era de tamaño mediano, por la parte delantera decía "Para Hwang" por la parte trasera tenía un cierre metálico en el cual debía enredarse un fino hilo blanco.
Cerró la puerta no sin antes comprobar si había alguien cerca; abrió el sobre rápidamente encontrándose con bastantes fotos en donde aparecía Felix, todas pertenecientes a la semana recién pasada. Haciendo sus actividades diarias, desde ir a su trabajo, las compras, por la noche entrando al club y las de la tarde anterior fuera del convento, en la última el rubio pudo distinguir al pecoso con los ojos vendados, una mordaza en la boca y amarrado a una silla en lo que parecía un refrigerador industrial de una carnicería o algo por el estilo.