Necesitada

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Advertencia:
▪️Este capítulo contiene contenido para mayores de edad con lenguaje vulgar y explícito.
▪️Lisa (G!P)

Lisa se detuvo al final de la escalera y dejó que la puerta se cerrara tras ella

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Lisa se detuvo al final de la escalera y dejó que la puerta se cerrara tras ella. Sonreía de oreja a oreja, tanto que le dolían las mejillas, pero no le importaba. Había llegado el momento. Lo había conseguido. Era una estudiante oficial de la Universidad de Busan. Su dormitorio estaba a sólo unos pasos al final del pasillo.

Nuevo instituto. Nuevo dormitorio. Nueva vida. Hace menos de un año, no habría creído que fuera posible. Todo el mundo, desde policías hasta jueces y guardias, la consideraban poco menos que una delincuente juvenil. Era otra mala semilla. Una estadística del sistema. Y ahora, esto. Muchas cosas podían cambiar en diez meses.

Lisa se ajustó la mochila al hombro, respiró hondo para saborear el momento y caminó por el pasillo. Empezó a andar, al menos. Volvió a detenerse cuando un extraño aroma le hizo cosquillas en la nariz, algo dulce y terroso. Su sonrisa se transformó en un ceño fruncido.

¿Eso es... una omega? ¿En los dormitorios de los alfa? Volvió a olfatear. Definitivamente, este piso olía a omega. Varias omegas. Eso no tenía sentido. La Universidad de Busan tenía dormitorios separados, una reliquia del pasado que molestaba a tantos estudiantes y padres como quería.

Lisa dejó su mochila en el suelo. Rebuscó en su bolsillo un trozo de papel: JRJ Kim Hall, habitación 306. Se había fijado en el cartel que había fuera del edificio y se trataba de la tercera planta. Entonces, ¿por qué se encontraba en un dormitorio que olía tanto a omegas?

¿Tal vez reclasificaron este dormitorio como un dormitorio alfa? Si había omegas aquí el año pasado o durante el verano, tal vez aún oliera a ellos. De algún modo, Lisa lo dudaba. El mar de aromas deliciosos parecía fresco y potente, no restos rancios de hacía varios meses.

Encogiéndose de hombros, Lisa cogió su mochila y se dirigió a la habitación 306. Tal vez su compañera de habitación -¿Josephine? ¿Jessie? Sólo había leído por encima la carta en la que se le asignaba compañera de habitación- sabría algo.

La habitación 306 estaba a poca distancia de las escaleras. Lisa golpeó la puerta y esperó. (Nunca volvería a dar por sentada la privacidad después de pasar seis meses en poco más que una jaula, donde los guardias podían irrumpir en cualquier momento).

"Adelante", llamó una voz desde el interior.

Lisa abrió la puerta. Un aroma potente y tentador la abofeteó en la cara. Se quedó de pie, atónita, mientras el fresco olor a cítricos y sexo asaltaba su nariz. Su corazón latía con fuerza en sus oídos. Toda la sangre de su cuerpo se disparó directamente entre sus piernas, provocando que la parte delantera de sus pantalones cargo se tensara.

Parpadeó, abrumada. Su cerebro apenas podía asimilar imágenes, pero cuando vio la fuente de aquel delicioso olor, su estómago dio un vuelco. La omega más hermosa que Lisa había visto jamás estaba de pie dentro de la habitación.

Jenlisa One Shot CollectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora