Denedy Del Bosque es el príncipe de Bosque Negro, Acuario y el Reino Berixo, lo que le ha otorgado el título de heredero de varios reinos. Debido a esto, su personalidad es un tanto mimada y se cree superior a los demás. Sin embargo, todo cambia cua...
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—Gily, noto que estás pensativo.
Gily aparta la mirada del jardín y se concentra nuevamente en la conversación que estaba teniendo con Kalam.
—Perdóname, Kalam, pero algo me preocupa. Mis intuiciones aún no revelan el paradero actual de ese niño.
Kalam deja su taza de té en la mesa, cruza los brazos y suspira mientras se reclina en la silla.
—Deja atrás el pasado.
—No puedo, cuando ese pasado podría poner en peligro a mi familia. Alguien o algo está ocultándome el paradero de ese chico.
—Karalis, a veces olvidas un detalle. Ünmi era hijo de Lexi, y el poder de Lexi consistía en ocultar su presencia. Incluso su destino era un enigma, por lo que es posible que el chico también lo haga de forma inconsciente.
—No lo sé, pero tal vez tengas razón.
Kalam suspira una vez más.
—¿Qué ocurre, Kalam?
—Nada, solo que pronto será el aniversario de Lexi y deseo honrarlo de alguna manera. Me siento culpable por no haber intervenido.
Gily levanta una ceja.
—¿En serio?
—Karalis, Lexi era bueno, no contigo, pero sí con todos los demás. Así que si me dijeras dónde fue enterrado, con gusto llevaría flores. Es lo menos que merece, considerando que tú lo mataste.
Gily responde:
—Yo no lo maté.
En ese momento, Kalam se transforma en un dragón blanco.
—Claro que sí, ¿me vas a mentir a mí? ¿A mí, que soy tú?
En ese momento, Gily despierta empapado en sudor y gritando. Parece haber tenido otra pesadilla.
—Gily, ¿ocurre algo?
Gily intenta calmarse y niega con la cabeza.
—Solo fue una pesadilla.
Oryx está muy preocupado, ya que su amado Karalis ha estado teniendo constantes pesadillas.
—Gily, algo te preocupa.
Gily mueve la cabeza negativamente.
—No es nada, probablemente sea por los preparativos que estoy organizando para la bienvenida de nuestro hijo mayor. Sabes que soy muy perfeccionista.
Oryx toma su mano y la besa.
—Cuando decidas compartir las razones de tus preocupaciones, estaré aquí para escucharte y ayudarte a sobrellevar la carga.
Esto hace que el corazón de Gily se rompa en dos. No se merece tener un esposo tan comprensivo como su amado tigre. Luego recuerda todo lo que le costó llegar hasta él y tener esa posición.
