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-¡Estoy tan alegre por ti Xiao!- Lo felicité mientras daba alguna risitas mientras bebía.
-Gracias Venti.- Xiao parecía alegre, sus mejillas eran rosadas, y la mirada de sus hermoso ojos dorados se deliteban por las felicitaciones de los demás por su nueva relación con el de cabellos rubios. El parecía tan contento con la idea de por fin ser novio de aquel Crush de la infancia, debe sentirse lindo ser correspondido...¿No?...
La noche trascurrió, las risas y las conversaciones entre nuestros amigos fluian de la manera más divertida y animada posible, era realmente una maravilla.
Sin embargo era sofocante tratar de encajar en ello, cuando realmente no estaba contento, pero...Al ser Yo, era sencillo disimular mi descontento con algunas bebidas y risas perfectamente practicadas para encajar en toda la reluciente conversación.
Pareces tan jodidamente feliz con tu nuevo enamorado, tan brillante, Aether es una persona encantadora, mejor que yo en tantos sentidos, te mereces eso...A alguien tan especial como tú.
Pero...¿Por qué no estoy feliz? Serás feliz y afortunado, tu sonrisa será más frecuente, ¿Por qué me duele tanto?.
Tu felicidad es la cosa que más deseo en este mundo, la felicidad de los demás es lo que más quiero.
¿Por qué mierda no estoy feliz?.
Mi deseo...
Mi más intimo deseo...
Simplemente era dejar de amarte.
Quererte, no amarte.
Es una gran diferencia eso.
Es realmente estúpido estar tan interesado en tu propio amigo.
Tan absurdo...Patético...
Mi cabeza dolía, tanto que Zhongli que estaba a mi lado cambio su expresión de alegría a una de preocupación.
-¿Venti? ¿Te encuentras bien?- Pregunto el, colocando su mano sobre mis cabellos oscuros.
-¡Totalmente bien! Es que el alcohol me hace doler la cabeza jaja.- Conteste dejando salir algunas carcajadas, dando palmaditas en su espalda como señal que no tenía que preocuparse.
-Ire a tomar aire, ¡No tardo! Tampoco es que quiera perderme el como Lumine canta en total borrachera.- Zhongli suspiro con un poco de pesadez, pero me dedico una gentil sonrisa.
-De acuerdo, no tardes.- Me sonrió, como siempre hace, una sonrisa calmada y serena, parecía un padre preocupado por su hijo, es adorable.
Me levanté del asiento de la barra, caminando hasta la salida para poder respirar el aire frio de la calles de esta bonita noche.
