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En Mondstadt se había organizado uno de varios eventos para alabar a la entrada de la época primaveral, a conmemoración de estos días llenos de días soleados, y flores más coloridas que nunca, la gente de la región bendecía a Barbatos por traerles otro año de primavera libre de las garras del dictador que antes gobernaba su nación, y la dejaba en una penumbra donde la luz del sol no podía ni dar un gramo de su cálida presencia. Varias actividades fueron en acto de este día, desde concursos de comida, pintura, música y pequeñas batallas con el propósito de divertir inocentemente al pueblo, había juegos para todas las edades, y una que tanto como jóvenes como adultos podían jugar en equipo o en contra entre si. Pero en mayoría lo jugaba los adultos.
"Cazadores y presas".
Un juego donde si eras presa tenías que esconderte hasta que la campana de la ciudad marque las 6 de la tarde, y ganabas si en ese tiempo un "cazador", los cuales su misión eran atrapar la mayoría de presas o directamente todas las "presas" antes del sonar de la campana.
Si todas las víctimas eran encontradas, ganaban los cazadores.
Curiosamente los que tenían visiones eran los que más participaban.
Y entre esos, estaba el Vigilante de Liyue, Adeptos Xiao, que había acompañado a su amigo de cabellera amarilla, muchas súplicas fueron dadas en que esté participara al menos una vez. Al principio el de ojos ámbar se negaba secamente a la idea, ¿Eventos sociales? Eso no era para nada de aquel Cazador de demonios. Pero ante muchas insistencias y la mención que cierta persona estaría en el evento, a regañadientes, acepto participar. Los roles se iban dando aleatoriamente, sin embargo sin importar cual tocaría, el no sería una presa fácil de atrapar, o un cazador sencillo de zafarse, lo bueno era que era que si te atrapará estabas con vida.
El viajero le pidió que "No se tomaba tan enserio esto, es un juego, así que no debes ser tan rústico, es para divertirse". Aunque entendía perfectamente aquello, igualmente no le era necesario ni siquiera de ser rústico o demás, esto era pan comido. Igualmente que encontrarlo, esperaba el adepto.
Marcada las 12PM y después del sonido de la campana retumbar por la ciudad y sentir la vibración del fuerte sonido llegar hasta su cuerpo, supo que el juego había comenzado.
Y el era una presa.
¿Y su amado? Irónicamente era también una.
Pero como igual que el viento...El bardo en una simple brisa ya se había alejado de los cazadores, tenía que encontrarlo antes de que otro lo haga, no era de su rol correspondiente, pero eso le importa muy poco.
Debía ser solo el su cazador.
Escabullirse entre los demás fue tarea simple, uno que otro lo vio, pero nunca lo atrapó, no se burlo de ellos, como haría cualquier otra presa para restregar su "victoria", simplemente los ignoro, ¿Para que? Igualmente sería un gasto de energía innecesario. Algo que debía admitir de aquel Arconte era su habilidad de desaparecer tan rápido de la vista de una persona cuando se le convenía o deseaba. Al igual que una suave brisa está aparece, roza tu mejilla con ternura y al segundo se va. Pero si algo delataba al ojicelestes para saber si estaba ahí o no, era su "energía Anemo", tan viva y refrescante, no se esperaría menos del mismísimo Arconte anemo, su aura siempre era resalte a los demás. Y para el cazador también era una presencia embriagante, no había sensación más tranquilizadora que la del bardo. Podía reconocerlo en cualquier parte sin importar el como este o donde se encuentra.
