UN BESO NO ES NADA.
PERO LO HA TOMADO COMO UNA PROMESA DE TODO.Una tragedia. Así definía su vida. Según las estadísticas de la gente, entre más uno desea que las cosas no pasen, estás suceden. Rodrigo desearía que eso funcionará cuando de mala gana no desea tener vacaciones de lujo.
Pero bueno, solo sabe que estaba en problemas. Otra vez, su madre tenía razón, era un imán para estos.Terminó quedando en el equipo de fútbol, donde por cada vez que volteaba sentía una mirada detrás de él. Corriendo a la par con el resto de chicos por la cancha, pudo ver cómo Ivan susurraba algo al oído de uno de sus amigos, mientras lo señalaba.
Tenía la certeza de que quien menos cosas dice, es porque está planeando una venganza desastrosa.
Porque siendo sincero, qué otra cosa puede esperar del tipo que quería golpearlo y que él termino besando.Para empezar, no estaba muy seguro que ese chico fuera demasiado feliz porque otro chico lo besara. Se veía como la clase de sujeto que patearía el trasero de cualquier que siquiera lo pensará. Y Rodrigo no deseaba que lo golpearan por nada del mundo.
Cuando todo termino, las felicidades fueron dichas. Rodrigo se apresuró a buscar su mochila, tomar su bicicleta y volver a casa.
Estaba caminando rápido hacia la última parte de su plan, cuando vio a Ivan apoyado en su moto a unos metros de distancia.Una señal de alerta se encendió en él, mirando en todas direcciones, corriendo hacia su bicicleta. Estaba sentándose en el sillón cuando nuevamente una mano apretó su hombro, dio un salto, perturbado porque todos querían romper su espacio personal. Y quizás intentar darle un ataque.
Tragó saliva, mirando la expresión del chico que lo estaba sosteniendo. Ivan Buhajeruk.
—Oye tú, si. Bueno, quiero irme a casa y no puedo irme si me estás agarrando así. —comentó Rodrigo, mirando la mano de Ivan sujetando su hombro.
Entro en pánico. El chico era toda una diferencia comparado con él, había nacido para ser un atleta o un chico de portada. Ivan alejo su mano de forma lenta, evaluando algo en Rodrigo. Miró su mochila, luego a su rostro.
—Si te gustaron los chocolates, no? —preguntó, ignorando las palabras que antes se habían dicho. —Olvidé preguntar eso en la práctica.
"No comí ninguno, podría estar muerto." Chilló una voz interior en Rodrigo
—Por supuesto, hombre. Estaban increíbles. Gracias por esa bienvenida.— sonrió.
A Ivan se le paralizó un poco el mundo, cuando vio la sonrisa del chico. Una simple línea del labio, que le pareció linda.
—Espera. —dijo de pronto, como si algo no le pareciera bien. —No eran chocolates de bienvenida o la mierda que sea. Son, eran para ti, porque sí.
—¿Le regalas chocolates a tus amigos nuevos? —quizás no debió hacer la pregunta. No después de que Ivan le dijera, que le parecía sexy. Pero los amigos quizás también podían comportarse así.
¿O no?
Ivan cerró los ojos, algo frustrado. Se rascó la nuca, para abrir los ojos de pronto, mostrando lo profundo de sus ojos marrones.
—No idiota. Tú me besaste. —
soltó, como si aquello fuese una especie de confesión impactante. Rodrigo quiso reír, nerviosamente. Pero Ivan siguió hablando. —No puedo permitir que Ivan Buhajeruk se quede como el idiota que no golpeó primero. Tú lo iniciaste, yo lo estoy continuando.
Para empezar Rodrigo no tenía la menor idea de qué rayos significaba eso de golpear primero. ¿Lo estaba usando como una expresión en este momento o como una señal de pelear? No podía tener la seguridad, pero estaba empezando a creer que todos estaban locos ahí.
Si, había besado a Ivan, porque medidas desesperadas habían requerido acciones desesperadas. Pero no significaba nada. Beso a muchas chicas —una en realidad —, pero el punto es que, no fueron la gran cosa.
Aunque quizás tenía que ver con qué no era un chico de un metro ochenta, con un complejo de reinado en algo.—Sí, pero fue solo un beso. No la gran cosa. —respondió por fin, evitando mostrar sus nervios.
Probablemente esto también contaba como una señal de entrar de lleno a la boca del lobo. Ivan lo miro, otra vez, analizándolo. Y Rodrigo pudo imaginar cómo se sentiría un puñetazo de este tipo, sin embargo, cuando Ivan se acercó a él, en todo su esplendor de su altura. Solo se quedó ahí, otra vez invadiendo su espacio personal.
—Tienes razón. Pero, no sería la gran cosa si hubieses sido una chica. Y no lo eres.
Y como dije, demonios, si no fuera por eso, tienes todo lo que me gusta. Así que, lo lamento Carrera, pero aunque parezca que no fue nada, para mí lo fue todo. —sonrió al final. Mirándolo con aire quejumbroso de superioridad.Rodrigo soltó un jadeo bajo de pánico. A él no le gustaban los chicos. Por supuesto que no. Pero no iba a negar, que cuando Ivan lo sujeto, en aquel beso, por un pequeño segundo se sintió complacido de seguir besándolo. Pero eso no significaba absolutamente nada. ¡No era un matrimonio!
Y demonios que no se imaginaba casado con este tipo, ya lo había visto molesto.
Y no sabía, si le aterraba más el modo agresivo o lo qué sea que era el modo que estaba tomando ahora. ¿Coqueteo? ¿Conquista? ¿Ahora le gustaba a Ivan? ¿Prefería esto a una pelea?—Haz lo que quieras. No me importa. —alegó, por fin montando su bicicleta y alejándose del chico y de la escuela.
Pero Rodrigo no tenía idea de que significaba decirle "haz lo que quieras" a un chico como Ivan, especialmente Ivan.
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como evitar una golpiza, besando al atacante. rodrivan
أدب الهواةRodrigo beso al chico azabache, antes de que esté pudiera darle un puñetazo. [esto es solo ficción! entretenimiento. no busco ofender ni incomodar a nadie con esto.] ¡cambio de personalidades! | esto es una ¡𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻! todos los crédito...