CAPITULO III

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Ningún guardia de la mansión parecía seguirlos, Seto sintió sus pies moverse de forma automática, de alguna manera, no se sentía mal saber que en cosa de minutos sería su boda y que estaba escapando.

No. No escapando. Estaba secuestrado.

Le costaba ver la diferencia.

Se sintió como una especie de intervención de los dioses ese oportuno e inesperado rapto.

Siguió a aquellos hombres por una de las muchas puertas del jardín. Había demasiado silencio pero no se sentía con ganas de hablar.

Un auto blanco con vidrios polarizados estaba estacionado tras la puerta de metal negra, lo hicieron subir.

Al sentarse sintió que caía dormido, realmente estaba desvelado, mareado y débil para hacer cualquier cosa que no fuera recargarse contra el cristal y dormir.

- Dioses niño, luces horrible - dijo el albino que descubrió se llamaba Bakura

- Me siento horrible

- perdón por secuestrarte - dijo Marik cerrando la puerta al subir - te devolveremos rápido, lo prometo.

- Por Ra Marik, cállate - dijo una voz femenina desde el frente, Seto vio que conducía una mujer, parecía bastante árabe, traía maquillaje egipcio y un vestido negro brillante.

- Vamos Ishizu, es nuestro nuevo amigo.

La mencionada Ishizu rodó los ojos, puso el auto en marcha y vio muy mal a Marik por el retrovisor.

El ruido del motor y el mecer del auto arrullaron a Seto, realmente quería preocuparse por la situación de ser secuestrado, pero estaba muy cansado.

El primer ministro de su país se volvería loco, su suegro se volvería loco, su padre se volvería loco, él tenía sueño.

Mokuba.

Recordó de golpe a su hermanito, quien debía estar muy asustado y se pregunto si estaría bien.

Miro por la ventana, estaba anocheciendo.

En los retrovisores la mansión Scroeder empezó a hacerse pequeña.

La puesta de sol, el ligero aire fresco de la ventana del copiloto abajo, el silencio y el paisaje agreste, lo tranquilizaron.

Incluso la voz de Marik lo calmo.

Sintió ganas de pedirle que se callará, a él y a Ishizu.

Cerro los ojos para disimular el dolor de cabeza, el aroma a incienso lo mareo, la débil luz de las antorchas le irritó.

Karim e Isis eran ruidosos, no lo dejaban concentrar.

- Cállense, estoy leyendo

-- Que amargado Seth

- Seto, oye . . . Seto.

Bakura vio como su amigo luchaba para despertar al hombre que estaba muy cómodo sobre su hombro.

Cuando se rindió le dió una palmada en la cabeza y se quedó callado.

- se durmió - dijo, recibiendo una risa de su hermana al frente y Kura a su lado.

El paisaje de Alemania se vio oscurecido por la noche, una bonita noche estrellada.

Seto se despertó cuando el motor se detuvo, sin recordar dónde demonios estaba hasta que Bakura lo obligó a bajar.

Estaba tan adormecido que solo supo que estaba frente a un avión pequeño, cuyas escaleras subió con dificultad. Se reprochó a si mismo cuando a media escalera razonó que si había un avión en una pista deshabitada significaba dos cosas.

1. Que estaba con gente realmente influyente si habían secuestrado al novio de un noble y podían sobrevolar el cielo sin que les pudieran ninguna identificación ni pasaran alguna aduana.

2. Que haría un viaje muy largo, ya que ese jet le parecía estar hecho para largas distancias

Se le ocurrió una tercera posibilidad y esa era que lo sacarían del país.

Lo que significaba problemas.

Continuó el camino, el ambiente cálido del interior del jet le dió en la cara de golpe mientras el frío de la noche seguía soplando a sus espaldas.

La iluminación naranja le daba un ambiente extraño, antiguo, como si estuviera iluminado por antorchas en vez de luces modernas.

Se adentro. Parecía cómodo para ser pequeño. Elegante, lujoso, con asientos acojinados y mesas de cuadro amplias.

- Adelante cariño, ponte cómodo. - Marik, Bakura e Ishizu entraron tras él - o mejor no. Hola Jefe. - el único rubio ahí dejo de estar relajado y se tenso ante la mirada de alguien desde atrás del jet - ¿Cómo anda?

El hombre se puso de pie y Seto pudo ver quién era.

El mismo hombre que había visto horas antes en el jardín de los Von Scroeder.

- ¿Se puede saber por qué demonios tardaron tanto? ¿Y dónde están los demás?

- rodeamos por el valle, la carretera estaba bloqueada después del espectáculo de alguien. - la única mujer ahí puso las manos a la cintura y vio mal al llamado "jefe"

- Pues a mi era al que buscaban y no me tomo tanto. - respondió, sin que Seto supiera si estaba enojado o bromeando. Dejo a la mujer en paz y en cambio volteo a él - ah, hola Seto.

- Jefe, no lo saludes tan despreocupado -

-¿ porque no? - le dió la espalda y camino hasta donde estaba sentado antes

- te recuerdo que lo acabamos de secuestrar

- ¿Y? - le hizo una seña a Seto para que lo siguiera y se sentará frente a él

- no creo que quiera ser tu amigo.

- ¿Te importa que te llame Seto?

- no realmente - se sentó frente a él, bueno, su nombre sonaba raro pero no le importo, se tallo los ojos y bostezo, su estómago, garganta y laringe ardían. Se dió cuenta que la ansiedad anterior se había ido.

¿Quien era este hombre?

Mientras se recargaba en el respaldo pensó que tenía bonitos ojos.

- ¿Que clase de ser humano eres? - dijo Ishizu mientras Marik y Bakura se sentaban lejos de aquel ruido - te secuestran y te vas tranquilo, te duermes en el auto, te vale un bledo tu vida ¿O qué?

Atem la vio con una risita en los labios, Seto cerro los ojos y se quedó dormido mientras ella lo regañaba.
- pobrecito - dijo con una mano en el rostro - debe estar cansado.

- oye niño, no te duermas.

Unos pasos se oyeron apresurados y rápidamente cerraron la puerta - estamos aquí, que Mahad encienda motores ya - la voz de Akefia y Mana se dejó escuchar sobre el regaño de Ishizu, Marik corrió a la cabina del piloto, todo se hizo tan rápido que estaban en el aire antes de que la fuerza armada de Alemania los alcanzará

Todos se relajaron una vez fuera del límite aéreo del país, Akefia se subió a la mesa frente al jefe a hostigar porque Seto estaba dormido y no gritando que lo devolvieran a su boda.
Faraón miro a Mana para que diera las respuestas - Yo te cuento - lo jalo del brazo y sentó lejos de de los demás. - Lo que pasa es que ese matrimonio era arreglado

- ¿Eso que significa?

- que no quería ni quiere casarse, - sonrió, con la mirada brillando de emoción - sus entrevistas cursis son tan falsas como nuestros pasaportes. Cada vez que decía estar enamorado como un pajarito y . . . - hizo movimientos exagerados con los brazos, Faraón dejo de verla y pese a sus gritos dejo de escucharla en cuanto vio a Seto frente a él. Se levantó para acomodarlo en el asiento y darle un cojín cómodo.

- ¿Es cierto? - pregunto Ishizu, le dió la razón a Mana y todos quedaron satisfechos con esa respuesta.
No querían arruinar la vida de nadie, aunque fuera por el bien de su país.

Vieron a Seto dormir tranquilamente y se dieron cuenta de cuánto lo extrañaron.

El secuestro (prideshipping)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora