– . . . Pero su padre está en quiebra, así que no pudo negarse por qué . . . – una vocecita molesta no lo dejaba dormir así que despertó muy contra su voluntad.
Aquel hombre le seguía mirando con algo parecido a la lastima. Se levantó rápidamente haciendo que Mana se callará – ya despertaste – dijo el hombre cuyo nombre le era desconocido.
– mmm, ¿Quien eres tú? – su flequillo cayó sobre su rostro, su saco estaba torcido así que empezó a quitar los botones para sacarse lo de encima, incluso si era de la tela más fina le estaba incomodando.
– yo ... Bueno soy – se quedó callado pensando en que responder – soy el que te secuestro.
– Ah – se quitó el saco y sin molestarse en doblarlo lo aventó a un lado, seguía mareado pero al menos ahora era por falta de comida en su estómago y no por las ganas de vomitar. Se sostuvo la cabeza con ambas manos peleando contra su cabello. – ¿Por qué?
– yo te cuento – dijo emocionada la vocecita que lo despertó, era de una chica de cabello castaño revuelto y vivaz sonrisa – lo que pase es que hace tres años . . .
– le digo yo – la interrumpió Faraón mirándola con el ceño fruncido, ella hizo un puchero y se dejó caer en el asiento – Verás Seto . . . Es un asunto . . . Bueno, te secuestramos con fines políticos.
– ¿Políticos?
El Faraón suspiro, hecho la cabeza hacia atrás y luego de una exhalación larga y pesada empezó a contar su historia.
Hacía tres años y medio, un gobierno extranjero entro a Egipto diciendo que invertirá en la infraestructura para ayudar a las zonas pobres del país, su padre que en ese entonces era primer ministro había dado permiso para explotar los subsuelos a aquellos extranjeros, por desgracia para su padre y toda la comunidad, una vez adentro usaron la fuerza para expropiar varias de las tierras, no solo campos de siembra sino también zonas consideradas patrimonio nacional y mundial. Ciertas partes del valle de los reyes fueron saqueadas y luego de una larga investigación, la familia Sennen descubrio que muchas de estas tierras y varios objetos de valor que se consideraban sagrados fueron a dar a manos de la familia de los Von Scroeder.
Así que como método de negocios, habían intentado intercambiar dicho patrimonio por un pago en oro y dinero, cuando no aceptaron su padre llegó a la conclusión de que tal vez no habían saqueado templos solo por dinero.
Le encargó a él hacer una investigación más profunda, en la cual encontraron a dos familias cómplices: Dartz y Crawford.
Investigo a cada miembro de estas últimas encontrando no solo que eran traficantes ilegales del mercado negro, sino también que estaban en una especie de "grupo" por no llamarlo secta, que adoraba un extraño dios: Zorc Necrophades. Al que intentaban traer de vuelta a este plano.
– Así que yo . . . –
– haber, párate ahí – lo interrumpió Seto con una cara muy seria – ¿Dices que están tratando de revivir un dios?
– Traer a este plano, que es diferente
– okey . . . Jajajaja – su seriedad se fue por el caño apenas lo adormilado se le quitó y en su lugar empezó a reír como un loco con algo que para nadie en ese jet era un chiste – jajaja que buena broma jajaja. – la risa de Seto sonaba neurótica, pero su rostro se veía alegre y contento.
– Es en serio
– ¿En serio?
Ante la mirada dura de su interlocutor y que todos asintieron a su pregunta no pudo más que seguir riendo
– ¿Qué demonios? Jajajaja osea que me fuiste a sacar de un extraño culto a un dios, demonio lo que sea jajaja
– Bueno, no es un rescate pero si
– jajajajaja
– ¡Deja de reírte!
– jajaja de acuerdo – el ataque de risa le había sacado más de una lágrima que ahora estaba secando con el la camisa – Gracias. – dijo y se quedó en silencio, aún sonriendo.
– ¿Me crees? – pregunto sin saber qué demonios pasaba con este hombre
– No – dijo él – pero gracias por sacarme de ahí. Juro que me estaba volviendo loco.
Loco.
Locos ahora estaban todos en la mansión Scroeder.
Los guardias estaban en reunión de emergencias siendo fuertemente amonestados por el padre del Conde ¿Cómo era posible que los hombres de Faraón entrarán, amenazaran a medio mundo y se llevarán al prometido de su hijo sin que se diera cuenta?
Gozaburo Kaiba había amenazado con cancelar el contrato si su hijo no aparecia sano y salvo, los invitados más importantes habían anunciado que se retiraban, pero que volverían para hablar más tarde. Pegasus Crawford estaba sentado aún en el jardín, con una copa de vino en la mano mirando el techo donde hace unas horas habían francotiradores enemigos.
Se preguntaba si debía retirarse del "negocio" ahora que la Corte Sagrada de Egipto los había alcanzado, o si debía quedarse hasta el final.
Dartz posiblemente se preguntaba lo mismo. Ninguno de los dos quería averiguar que harían los sacerdotes ahora que los habían encontrado.
Que solo interrumpieran el ritual era una cosa, pero . . . Si decidían abrir las puertas al reino de las sombras e iniciar los Yami no games . . . No habría alma que quedará impune.
– Impune . . . – recito Atem mirando el techo de aquel aparato volador. – ¿Puedes creer que salio impune? – dijo más para si mismo que para Seto quien lo miraba como si fuese el loquito del centro contando la vez que lo abdujo un alien.
– Pues si . . . Comprar autoridades de un país en crisis no es difícil – contesto como si le estuviera explicando cuánto es 2 + 2. – lo más probable es que hayan sobornado a algunos altos cargos para que tu padre no se diera cuenta, las sacaron tan fácilmente como si se robaran una manzana del vecino – todos vieron en silencio como Faraón tenía una ceja levantada en incredulidad y los labios apretados.– ningún juicio que llevarás contra ellos los encontraría culpables por qué . . .
– Y por eso te secuestramos – lo interrumpió, ¡Vaya rehén sabelotodo! – ahora Seto, has el favor de mantenerte en silencio y obedecer. – inicio una amenaza que iba a involucrar a Marik amordazando al castaño y dejándolo inconsciente por el resto del viaje. En cambio Seto se levantó, estiró los brazos y se trono el cuello.
– No gracias. – dijo y lo miro como si supiera que no podían detenerlo
– ¿Qué?
– ya lo intente por tres semanas y te juro que no lo vuelvo a hacer –
– ¿Qué? – Seto intento caminar solo para darse cuenta de lo difícil que era. Estaba débil, mareado y su estómago ardía.
Marik le dió una mirada a Faraón, su jefe negó con la cabeza para indicar que no lo detuviera.
Este hombre apenas podía ponerse de pie, no necesitaba un sedante; ademas no parecía estar nervioso ni alterado, ni querer hacer nada. No es que pudiera hacer nada.– y si me disculpas, como te llames, estoy cansado – dijo volviendo al asiento, estirando sus piernas sobre el y usando el saco como almohada – así que dejame dormir hasta que lleguemos a dónde sea que vayamos.
Los llamados hechiceros de las sombras vieron a su jefe que tenía los brazos cruzados, una ceja levantada y una mueca a punto de reír o gritar.
– ¿Quien demonios te crees que eres? – le dijo enojado, apunto de saltarle al cuello.
Ese cuello demasiado blanco y terso que hasta sus venas eran visibles. Se detuvo solo porque sabía que lo que iba a hacer no era precisamente matarlo.
Y no quería hacer eso delante de su familia.
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El secuestro (prideshipping)
FanficEl último sábado de primavera sería la boda entre uno de los últimos nobles de Alemania, Zigfried von Schroeder y el heredero de la Corporación armamentista más grande de Japón, Seto Kaiba. Nadie esperaba que ese brillante día, el novio fuera secues...