Lalisa es una narcotraficante que siempre tiene una vida llena de peligros, apesar de que ella es una líder nata se enamora de Jennie una prostituta que vive con su destino Jisoo...
A pesar de tener problemas con la ley tiene a su mejor amiga Jihyo...
Jihyo y yo eramos tan cercanas que cada fin de semana íbamos al prostíbulo por algunas zorras hasta que ví a esa chica.
Jennie.
Alguien que cogía conmigo solo por dinero, solo para sobrevivir. Y yo me aprovechaba de eso.
׿Dónde está mi zorra, favorita?
^Lisaaa.
Ella me abrazaba cuando llegaba, se abalanzaba en mí como si verdaderamente me amara.
^ ¿Qué quieres que te haga hoy?
×Me gustaría que hoy fuéramos hasta arriba.
^¿Hasta arriba?
×Sólo sígueme.
La tomé de la mano y la llevé hasta la azotea del prostíbulo.
×Aquí quiero que me la chupes y que todos te vean.
^¿Aquí?
Se veía asustada pero
^ Será más dinero..
Lo hacía solo por dinero y eso me complacía. Tengo tanto dinero para regalarle tan solo para tener sexo.
Es patética.
¿Cómo alguien tan bonita como ella coge con todos?
Es una zorra de verdad.
Solo vengo a esta mierda de prostíbulo para desquitar mi coraje con estas perras pues mi vida depende del narcotráfico.
Vendiendo, transportando, distribuyendo drogas en todo Seúl. Matando a todo aquel que no pague por la mercancía, aquel que sea un bocón, a los policías y huyendo de ellos...
Toda esa es mi vida.
Aunque soy una Alfa muy temible pues mis ataques de irá no son un chiste, no me importa matar, lo hago con sangre fría. Se que por ahora la ley no está contra mí gracias a Park Jihyo. Mi abogada.
No es solo una abogada sino mi amiga y obviamente le doy una gran suma de dinero. Mataría por ella...amenazarla por ella.
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Como esa amenaza cuando Jihyo se graduó.
Jihyo no quedó en el despacho que tanto quería, el mejor de Seúl. No le permitieron entregar su currículum pues pensaron que una Alfa tan joven como ella no podría hacer nada. Ella intentó muchas veces y aunque también es una líder nata pues su corazón a veces habla por ella. Seguía y seguía intentando pero el maldito secretario no se lo permitía.
+Otra vez no logré entrar.
×Mierda, eso ya es contra ti.
+¿Debería aplicar en otro despacho?
×No, ese despacho es tu sueño. Ahora solo dime cómo se llama ese tipo.
