El timbre de la puerta se escuchó y Anne llamo a su hijo desde el primer piso. Harry a regañadientes bajo interrumpiendo su tarde solitaria.
En la puerta se encontraba un pequeño castaño abrazando a su madre con mucha calidez. Aún con la puerta abierta, Anne invito a pasar a Louis quien acepto muy feliz de inmediato.
—¡Tienes visita Harry!
—Si, ya ví.
—Vamos Harry, no seas un mal anfitrión y saludame.–dijo Louis con los brazos abiertos.
Harry rodó los ojos e ignoro la petición de Louis. Seguía molesto con él por cancelar sus planes a última hora, pero después de todo estaba ahí, Louis estaba ahí. Con sus ojos más azules que nunca.
—Bueno, sigues enojado.– “que inteligente” pensó Harry.—Lamento lo que pasó en la escuela, fue muy descortés de mi parte posponer nuestra importante reunión. Mi madre y Florence asistieron a la cita con la señorita Bella, discúlpalas a ellas también.
A pesar de la muy formal disculpa de Louis, Harry había fruncido el ceño y seguía con las brazos cruzados.
—Si ya tenía un compromiso contigo no debí de ignorarlo para hacer otro, lo siento tanto.– continuó Louis.
—No estás obligado a venir, Louis. Yo no soy un compromiso que debes cumplir.– interrumpió Harry.
—Me agradas Harry, y yo fui malo muy malo. Perdón. Juegas muy bien fútbol, lamento no haberme dado cuenta.–se lamento Louis mientras jugaba con sus manos.
Anne observaba todo desde la puerta, algo conmovida por la escena tan tierna para ella. Decidió no entrometerse en “problemas de niños”.
—No eres malo Louis. Pero si actuaste tonto.–respondió Harry. —Y sobre las disculpas, te perdonaré solo si me llevas a la heladería de la otra vez.
El rostro de Louis se iluminó con una sonrisa y abrazó a Harry tan fuerte que lo cargo dando vueltas tratando de conservar el equilibrio. Su momento fue interrumpido por un flash y un sonido que Harry muy conocía.
Anne bajo la cámara en cuanto los dos pares de ojos la voltearon a ver, sonrió torpemente y abrazó a sus pequeños.
—Estoy seguro de que a mí madre le encantaría tener una copia de esa foto.
•
Harry había llevado a Louis a la luz del sol, arrastrándolo a la pequeña fuente que había en su jardín. El jardín de su casa no se comparaba al de la casa de los Tomlinson pero a pesar de eso quería compartir con Louis uno de sus lugares favoritos y en dónde pasaba la mayor parte del tiempo.
Colocaron una sabana el césped para instalar sus juguetes ahí, y algunos bocadillos que Anne les había dado en los que obviamente tenía que haber sandía, la fruta favorita de Harry.
Harry creía que había un tipo de magia en Louis, era ese tipo de personas que puedes sentar a admirar por un largo tiempo. Podía haber una habitación llena de personas y a pesar de que Louis era pequeño, siempre sobresalía.
La admiración que Harry sentía por Louis a ojos de cualquiera podía significar enamoramiento, cómo un amor de infancia pero Harry no lo veía así. No era que estaba enamorado de Louis como los adultos lo hacían con otros adultos, simplemente se sentía deslumbrado de que una persona pudiera ser tan perfecta en todos los sentidos de la palabra. ¿Y por qué no? Podía admitir que sentía algo de celos por la vida que Louis tenía, claro, era eso.
—El ajedrez es aburrido.–se quejo Harry.
—Claro, se te hace aburrido cuando no sabes jugar.– dijo Louis y recibió un codazo de Harry.
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Mi mejor amigo, Harry.
Romance[HISTORIA EN HIATUS INDEFINIDO] Nuevo niño en el vecindario, eso significa nuevo amigo para Harry.