I
Morí un total de quince veces (incluyendo mi sacrificio inicial). El Hermano Neshtasnik, el Mártir bastardo que se encargó de mi bautizo, no llegó a darme el golpe de gracia, pero mi mente colapsó debido a la comunicación con el Cardenal. Los siguientes días transcurrieron como un borrón a caballo entre extraños sueños y una vigilia dominada por fiebres, sensación de irrealidad y una pugna desesperada por sobrevivir. Soñé con la luz radiante, aquella que tanto anhelo. Soñé con un lugar cálido, extraordinariamente tranquilo. Un reino de perfecta negrura en cuyo centro latía un corazón incipiente. Con cada latido, nuestra fuerza crecía y también nuestra dicha, pues cada vez éramos más, juntos en una harmonía imposiblemente perfecta. Pero nos faltaba aquella luz, pura y magnífica... Y luego... Luego revivo los hechos de aquel día....
Decenas de personas saliendo de sus casas en Lindeboira. Caminando, sus rostros perdidos, congelados en expresiones absurdas, en miradas ausentes. Todos se adentran en la Niebla del Origen con la estúpida placidez bovina de las bestias conducidas al matadero. Y Lyra. La imagen de Lyra chocando insistentemente contra los barrotes del calabozo me perseguirá por siempre. Yo desperté, ella no. Una vez más, lo logro de nuevo. Regreso como un catorce veces muerto. Maestros Fragmentadores trabajaron incansablemente en el proceso de Conciliación. Morir en la Ultra-Verdad normalmente equivale simplemente a morir. El proceso de Conciliación trata de impedir que las distintas Verdades generadas colapsen sobre sí mismas de forma directa. Un Maestro Fragmentador habilidoso puede conciliar las Verdades, de modo que las experiencias vividas converjan en el anfitrión sin destruirlo por completo. Ha habido casos en los que el paciente ha fallecido debido a heridas mortales que nunca se manifestaron en esta Verdad, pero que afectaron al anfitrión de todos modos. Imagino que Conciliar catorce muertes fue una verdadera proeza psico-quirúrgica. En este día he conocido al Maestro Fragmentador Saorond. También lo he conocido a él. Vivimos en una Verdad aterradora.
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Los Mártires de la Ceniza
FantasíaUna luz blanca uniforme cubre el cielo. Se la conoce como el Absoluto. Exponerse a ella es perderse para siempre. Nos arrebató la noche y nos arrebató el calor del Sol. Cuando el Lord Astrófago desfallezca, el Absoluto nos devorará y todo habrá term...