pov: seven - taylor swift

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Rin se encontraba en el parque. Sus ojos azules estaban perdidos en el suelo y su entrecejo estaba notablemente fruncido queriendo evadir las lágrimas que se acumulaban con el pasar de los minutos.

Hoy no había sido un buen día o más bien, ya no había buenos días.

Las cosas en la academia parecían no cambiar y eso le provocaba una enorme impotencia.

¿Cuándo fue que todo se vino abajo?

Se atrevía a preguntar en sus pensamientos, mientras rechinaba sus dientes con frustración.

Se sentía juzgado, rechazado e increíblemente estresado. Todo le recordaba al pasado. El ser señalado, el ser apartado, el ser considerado un monstruo por su naturaleza de demonio. Se reprendía cada cierto tiempo por pensar de esa forma, pero era imposible no hacerlo después de tener otra discusión con Bon, la cual no terminó muy bien y se vio obligado a salir corriendo del salón de clases por miedo a explotar en frente de todos.

Las espesas lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas y se sintió patético por estar llorando en una situación como esa.

— Aquí estabas.

El chico respingó del susto al oír aquella voz. Rápidamente limpió el rastro de lágrimas con la manga de su suéter y se giró para ver a la chica que estaba parada detrás de él.

— (T/N)

La chica estaba respirando pesadamente mientras se acercaba a él y tomaba asiento a su lado. Sus rodillas parecían estar temblando ligeramente y su respiración comenzaba a regularse con algo de dificultad.

— ¡Te estuve buscando por toda la maldita academia! — exclamó molesta, limpiándose el rastro de sudor de la frente con el dorso de su mano.

— ¿Eh?

— ¿Eres idiota o te haces? — le regañó al ver que ponía cara de tonto y le golpeaba ligeramente el brazo.

Rin no dudó en saltar ante el gesto y frunció nuevamente sus espesas cejas.

— ¡Oye! ¿Por qué demonios estás tan agresiva, huh? — gruñó incómodo — ¿Cuál es tú problema?

— Tú, tú eres mi problema, idiota — se quejó, cruzándose de brazos — He estado buscándote por más de 30 minutos y no te encontraba.

La chica suspiró pesadamente, mientras se abanicaba un poco con ambas manos y le miraba de pies a cabeza. Tanto ella como él, aun conservaban el uniforme de la escuela. La única diferencia era que el cabello de ella estaba tan despeinado, que parecía haber recorrido un maratón.

— ¿Por qué alguien como tú me estaría buscando? — preguntó el chico, bajando lentamente la mirada — Cualquiera creería adecuado estar alejado de mí, no lo contrario.

— ¿Cómo por qué me alejaría de ti?

El silencio los inundó a ambos y (T/N) le miró detenidamente notando como sus ojos azules ni siquiera se dignaban a mirarla. La chica no pudo evitar presionar sus labios en una fina linea y sintió que estaba de más haber hecho esa pregunta. Sin embargo, no quería darle a entender que estaba ahí por lástima.

— No te tengo miedo, Rin.

La de cabellos (T/C/C) comentó, posando sus manos en su regazo.

— Nunca te he tenido miedo — agregó dulcemente sin dejar de lado su faceta ruda y de "mamá" preocupada.

Rin no pudo evitar sentir una extraña calidez en su pecho y las ganas de llorar aparecieron una vez más. Sólo que ahora le daba más pena llorar porque estaba presente (T/N) y si de por si ya se sentía patético, ahora se sentía un completo idiota como ella le había reclamado.

Sus colmillos trazaron suavemente su labio inferior no queriendo hablar en ese momento o emitir algún sonido que traicionara sus verdaderos sentimientos. Sus manos se fueron cerrando a modo de puño y sus ojos bajaron más la mirada. Era como ver a un niño indefenso incapaz de expresar lo que guardaba en su mente o pecho. Quizá (T/N) y él no eran muy amigos, pero la chica lo estimaba lo suficiente para intuir que no estaba bien. A sus ojos, Rin siempre había sido alguien impulsivo, risueño e inmaduro. Pero eso sólo lo hacía más carismático a sus ojos.

La chica se levantó de la banca, haciéndole creer a Rin que lo dejaría en el parque, pero lo siguiente que hizo lo dejó helado en su lugar.

(T/N) lo estaba abrazando fuertemente, mientras una de sus manos acariciaba delicadamente su espalda.

— Estás a salvo.

Le susurró, no queriendo ofuscarlo. Sin embargo, esa pequeña oración hizo que el azabache se derrumbara en sus brazos. Las molestas lágrimas volvieron a nublar su campo de visión y cual niño herido, se escondió en su pecho. Llorando sin cesar, sin importarle que su orgullo saliera herido de esa sesión de abrazos. (T/N) lo abrazó con más fuerza ante eso y continúo acariciando su espalda, de vez en cuando, dandole ligeras palmadas sintiendo como el cuerpo de Rin vibraba por el llanto.

— Si fueramos amigos más cercanos te diría algo loco — comentó suavemente — Te diría que nos fueramos de esta ciudad — río ligeramente, continuando sus caricias — Así nos iríamos lejos y nadie más podría hacerte sentir mal.

Rin no podía creer en la amabilidad de la (T/C/C) y el cómo decía esas hermosas palabras que eran como una cálida caricia en su alma. El chico sollozó un poco más y cuando creyó estar lo suficientemente relajado para hablar, se apartó delicadamente.

— ¿Lo dices en serio? — Rin preguntó, limpiandose las lagrimas.

— ¿Por qué mentiría? — Ella contestó, un poco confundida pero comprendiendo su actitud — ¿A ti no te gustaría irte de aquí?

El chico se quedó callado por escasos segundo y asintió en cierta forma.

— De vez en cuando.

— Entonces hay que hacerlo, quizá no hoy o mañana, pero algun día.

La chica río por lo bajo, tendiendole la mano para que la estrechara.

— ¿Trato?

Rin dudó en complementar esa confusa, pero interesante propuesta. ¿tenía algo que perder acaso?, ¿qué importaba que no se conocieran del todo? Después de que le vio llorar, lo calmó y le dijo cálidas palabras, creo que estaba de más asegurar que ya eran amigos.

Pasó sus frios dedos por la palma de la chica y sujetando con firmeza su mano, asintió.

— Trato.

→ 𝑅𝒾𝓃 𝒪𝓀𝓊𝓂𝓊𝓇𝒶 𝒴 𝓉𝓊 [𝘰𝘯𝘦-𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴] ✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora