VII - SU NOMBRE ES...
AMBER
Era hora de prepárame para las grabaciones así que me di una ducha y al salir me fui a mi clóset, cuando tome unos jeans vi una falda de mezclilla.
“Te verías genial con uno de esos o una falda”
Por alguna extraña razón deje los jeans y tome la falda, tome una sudadera blanca que en el centro tenía un corazón y los deje en mi cama.
Esto era extraño, algo dentro de mi me decía que lo usará. Que a Mase le gustaría.
Mientras pasaba la falda por mis piernas me di cuenta de la importancia que tenían las palabras de Mase en mi.
Sin más, me puse la falda y la sudadera, cambié mis converse por unas botas color negro y me cepille el pelo. Terminé y baje.
Vi como papá y Nate me miraban 9
¿Es muy raro que me vista con faldas?Si.
Bueno, gracias conciencia.
—Eh...hola —sonreí.
Ambos me saludaron con la mano pero no decían nada. Aún no me acostumbro a esto de vivir con hombres, son medios raritos.
Papá me dio un plato de waffles con chispas y yo los comí.
Al terminar subimos al auto y me fue a dejar a las instalaciones. El camino fue silencio absoluto pero no incómodo.
Me despedí y baje. Camine a la entrada y me fui a mi camerino.
Tenía que grabar una escena con Mase así que me cambié y fuí a mi lugar.
Trataba de que me acercaba a el para que seamos compañeros de trabajo. Nada fuera de lo común.
Ya estábamos grabando cuando de repente el me miró y me sonrió.
No puede ocultarlo y me sonroje.
Cortaron la parte y la reiniciamos. Sin problema.
Bien, puedes evitar sonrojarte otra vez, tu puedes.
Ocurrió lo mismo. Siendo exactos como otras tres veces.
Todos se reían de mi situación y yo intentaba ocultarlo.
Entonces de nuevo, el me miró, yo lo mire y el me sonrió.
—¡Basta! ¡No me sonrías, me pones nerviosa!
Escuche la carcajada de todos y el me miró sonriente.
Intentamos otra última vez y lo logre. Me pude controlar.
Habíamos terminado y era mi única escena ese día así que terminamos y me levanté de mi lugar para ir a cambiarme pero, Mase me tomo del brazo.
—Oye, florecita, te ves muy linda hoy —me guiño el ojo.
Solo sonreí y me fui a paso rápido antes de que mi cara fuera el resultado de sus palabras.
Me cambié y salí, ahora el estaba sentado en un sillón con una frazada y Mikey estaba en escena.
Me senté a su lado y le quite de su frazada.
No dije nada y me recosté en su hombro hasta que mis ojos comenzaron a cerrarse.
Sentí como mi cabecita se iba bruscamente de lado y yo abrí los ojos de golpe.
Entonces vi a Mase con cara de preocupación, me tomo con suavidad y me analizó.