Un pedazo de mi alma
se perdió en la bebida,
en el ron, la ginebra,
y el vodka, bebidas
que ahora son mi vida.

La oscuridad de la noche
me envolvió en su manto,
la soledad y el vacío
me llevaron a ese encanto.

La amargura de mi pasado
se ahogó en la copa,
la tristeza y el dolor
se fundieron como lava.

Pero en ese éxtasis efímero
que me ofrecía la bebida,
olvidé quién era yo,
perdí mi identidad perdida.

Fue de poco en poco
fui dejando un trozo de mí,
en cada sorbo de alcohol
mi alma se perdía.

Hasta que un día
me encontré sin mí mismo,
un cascarón vacío
sin sentido ni destino.

Busqué desesperadamente
ese pedazo que perdí,
pero solo encontré dolor,
sufrimiento y ansiedad.

Ahora solo me queda
intentar recuperar lo perdido,
alejarme del ron, la ginebra
y el vodka que me llevaron al abismo.

50 trozos de mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora