- ͙۪۪̥˚┊❛ 𝓐𝓻𝓸𝓶𝓪 𝓪 𝓱𝓸𝓰𝓪𝓻 ❜┊˚ ͙۪۪̥◌

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Akaza movió su cola dichosamente sentado por encima del hombro del pilar que tanto admiraba. Caminando el rubio por un sendero sinuoso a las afueras del pueblo donde recientemente acababan de estar y del que ya se marchaban.

En realidad el encuentro fortuito no esperaba que sucediera tan pronto, pero igualmente agradecía a su efímera suerte el que en esos instantes hubiera elegido quedarse con la pilar pelirosa.

Aunque de cierta manera igualmente hubiera encontrado al Rengoku con o sin ella.

Ronroneó de gusto al pensar en que desde este punto estaría más unido al rubio, ya que él había decidido 'adoptarlo' y llevarlo consigo a su finca, no podía esperar para ver cómo se desarrollarían las cosas desde ahí.

Y hablando del rubio, un movimiento de su cabeza cubierta de rizos de sol llamó su atención, sacándolo des pensamientos.

Kyojuro le miraba de reojo con su típica expresión sonriente, aunque el brillo de una disimulada intriga se veía en sus ojos bicolores. Akaza supuso que tenía la sospecha de quién podría ser exactamente el gato rayado que le de volvía la mirada sentado en su hombro derecho, el cazador no era tonto, él lo sabía. La satisfacción de pensar el que podría sorprenderlo revelándose así mismo con palabras era tentadora, pero la idea de que fuera el pilar mismo quién lo descubriera por su cuenta le hacía erizarse por completo.

Tal vez debería esperar.

Volvió su mirada hacia el sendero curvilíneo, dislumbrando a la distancia una enorme finca rodeada por vegetación y árboles maduros ya casi sin hojas por la llegada del otoño. Kyojuro había caminado en un cálculo mental al rededor de una hora mucho antes del amanecer, planeando quizás llegar mucho antes a su hogar por él mismo, suponiendo que el pilar ya tenía una hipótesis de lo que ocurría con el felino que era ahora.

El cazador pisó los terrenos de la finca apenas emitiendo un ruido en cada paso, teniendo cuidado en pisar malos sitios de la madera crujiente del suelo de su hogar y caminando directamente hacia una puerta shoji que Akaza supuso era su habitación.

La puerta corrediza se cerró con cuidado, y apenas piso los interiores de la habitación, él calló del hombro del joven hombre e inspeccionó el cuarto. Los muebles parecían relucientes a pesar de la poca iluminación, dando a entender que estos no tenían ninguna capa de polvo sobre ellos; y que la limpieza era diaria; la habitación era bonita, elegante, incluso, pero no parecía que alguien realmente dormía ahí, si no fuera por los poco y nada de objetos pertenecientes al cazador, Akaza creería que en realidad nadie llegaba a descansar a aquel lugar.

⁺ 🍥⋆─❛𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐚𝐜𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐧𝐨❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora