( 4 )
El día había transcurrido de manera normal, Kyojuro había ayudado a Senjuro con sus lecciones de kendo, lo había ayudado también con el orden de la finca, lavar la ropa y colgarla ante el poco y casi nada de sol sobre el cielo por el cambio de estación, al igual que regar las plantas de la finca y reacomodarlas para que el aroma de estás se esparciera por todo el interior de su casa.
Además, en todo el día, se había dado cuenta que cuándo fué a abrir el shoji de su habitación para que entrara algo de luz, el gato se había enroscado en una esquina del cuarto, manteniendose siempre en la posición fetal en la parte más oscura de la habitación.
Kyojuro se le quedó viendo fijamente.
Miró la ventana por un momento para luego volver a mirar al gato, tomó el panel shoji y lo movió lentamente , haciendo que la luz que entraba a su cuarto se extendiera un poco hacia dónde yacia el animal acurrucado. Sus ojos se entrecerraron cuándo vió cómo el gato rayado se erizaba ligeramente y se apegaba mucho más a la pared, como si no quisiera ser tocado por un rayo de sol o le tuviera miedo.
Soltó el shoji, devolviéndolo a la misma posición de antes, se quedó de pie en el mismo lugar por un segundo para después salir de su habitación nuevamente para ir con Senjuro.
Las horas pasaron largamente, Kyojuro pasó todo el tiempo con su hermano, algunas veces cuándo Senjuro se levantaba para calentar agua en la tetera y servirles a ambos algo de té mientras jugaban shogi, se detenía a mirar el pasillo, teniendo una ligera espina que le molestaba al pensar en su padre.
A veces solía pensar que vivir con su padre era como vivir con un extraño en la misma casa, ya no era el mismo, no les miraba las caras a pesar de ser sus hijos y mucho menos les dirigía la palabra, solamente saliendo de su habitación para salir en la noche a lugares que ninguno de los dos sabía, pero Kyojuro suponía que para ir a caer inconsiente en un izakaya en el pueblo que solían proteger a los pies de la finca de la flama.
Contuvo un suspiro y sonrió de nuevo cuándo su hermano volvió con él con una pequeña bandeja con lo que parecía ser un humeante té sencha y un plato con galletas.
Se sentaron uno frente al otro y reanudaron su partida.
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Llegada la noche, el primogénito Rengoku se despidió de su hermano menor después de cenar y ayudarle a lavar los platos, como siempre, ambos comiendo juntos y solos, ignoró la puerta shoji al fondo del pasillo mientras caminaba hacia su habitación, entrando en ella en completo silencio.
Su cuarto parecía desolado y casi tétrico por la oscuridad que tocaba todo el rincón, y la brisa fría entraba desde el patio trasero de la finca. Por un momento quiso sorprenderse ante lo vacia que parecía su habitación, dónde no había estado desde que había quedado convaleciente después de la batalla con la Luna Superior tres.
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⁺ 🍥⋆─❛𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐚𝐜𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐧𝐨❜
HumorLᴜɴᴀ sᴜᴘᴇʀɪᴏʀ ᴛʀᴇs ᴇs ᴇᴍʙᴏsᴄᴀᴅᴀ ᴇɴ ᴜɴ ᴘᴀᴛᴇ́ᴛɪᴄᴏ ɪɴᴛᴇɴᴛᴏ ᴅᴇ ᴜɴ ᴅᴇᴍᴏɴɪᴏ ᴘᴏʀ ɢᴀɴᴀʀ sᴜ ᴘᴜᴇsᴛᴏ, ᴜɴᴏ ʟᴏ sᴜғɪᴄɪᴇɴᴛᴇᴍᴇɴᴛᴇ ᴀsᴛᴜᴛᴏ ᴘᴀʀᴀ ᴛᴇɴᴅᴇʀʟᴇ ᴜɴᴀ ᴛʀᴀᴍᴘᴀ ᴀɴᴛᴇs ᴅᴇ sᴜ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ ᴘʀᴇᴍᴀᴛᴜʀᴀ. ❝Oʜ, ᴇʟ ᴍᴜɴᴅᴏ sᴇ ᴠᴏʟᴠɪᴏ́ ᴍᴀ́s ɢʀᴀɴᴅᴇ ʏ ᴀᴛᴇʀʀᴀᴅᴏʀ ᴅᴇ ʟᴏ ǫᴜᴇ ᴇʀᴀ ¿Qᴜᴇ́ ᴇs ʟ...