That Sacrifice Tonight L.S. (Omegaverse)

Primera parte.

Louis pensaba que su destino estaba equivocado y que había sido codicioso al desear lo imposible, lo que implicaba que su relación diera el siguiente paso. Tres años junto a Harry, podría o no, considerarse poco tiempo, pero era el correcto para Louis. Lo había dicho en voz alta sin sonar demasiado pretencioso. Compromiso, era lo que seguía en su noviazgo. Y lo anhelaba. Lo esperaba con tanto entusiasmo al igual que esperó por aquella primera llamada donde Harry lo invitó a salir. Así como el primer beso mientras preparaban una extraña mezcla que aseguraban era masa para galletas... Y como todas las primeras veces a su lado porque estaba seguro que no habría otra persona después de Harry. Le había designado una frase, única y especial para referirse a su alfa: "Es el amor de mi vida", le producía orgullo y felicidad al pronunciarlo.

Estaban tan seguros de que eran alfa y omega que, nunca se les había pasado por la cabeza el mínimo pensamiento sobre terminar o darse tiempo -ni siquiera en las comunes discusiones de pareja-, lo que es prácticamente lo mismo, pero sin ser directo. Es común escuchar la típica frase de: "No quiero herir tus sentimientos, pero necesitamos espacio" Sin embargo, ni siquiera era una posibilidad en ese entonces.

Tenían una química perfecta y se complementaban. Fácilmente podrían seguir el rastro del otro sin la necesidad de tener una dirección exacta, así de conectados estaban. Pero ahora Louis se encontraba molesto y herido, y sería una injusticia señalarlo como si hubiese cometido un error, estaba en todo su derecho y tenía sus razones. Había terminado su noviazgo con Harry solo dos semanas atrás y aún vivía en algo que consideraba el preludio al duelo de su relación, de su corazón que se negaba a aceptar el distanciamiento.

Llevaba catorce días en el departamento de Liam, y es que no lo había pensado inicialmente; a dónde iría esa tarde que decidió darle un punto final a su noviazgo. Simplemente tomó las llaves de la camioneta que habían comprado juntos y condujo hasta la casa de su mejor amigo.

Liam tuvo toda la atención necesaria al hacerle compañía y al alimentarlo con comida saludable, cuando Louis solo buscaba acurrucarse a comer botes de helado mientras veía sus películas favoritas. Tragedias románticas como: "Yo antes de ti o Secreto en la montaña". Era un omega sumido en la tristeza y Liam permaneció a su lado todo ese tiempo.

No se puede decir que Harry no hubiera ido a buscarlo, pero Louis se negó a verle siempre que llegaba a la puerta del departamento de Liam. No había palabras, correctas o incorrectas que podría decir, simplemente había olvidado cómo formular una oración sin tener que apartar la mirada de su "ex". Y es que aún recordaba lo sorprendido que estaba Harry ese día.

Louis se había encargado de esperarlo en la sala de lo que ellos llamaban su hogar temporal, hasta que consiguieran el dinero suficiente para comprar una casa que estuviera alejada de la ruidosa y caótica ciudad. Había permanecido sentado sobre el futón que compraron en un remate por cierre de una galería; y el hormigueo en las manos le indicaba que la ansiedad, el dolor y el arrepentimiento llegarían irremediablemente. Quería pensar que el nerviosismo y la sensación abrumadora eran señales para que cambiara de opinión en ese preciso momento, más no lo hizo. Lo dudó, claro, hasta que la puerta fue abierta.

Harry entró, se veía cansado y pensativo, pero eso no le limitó a que le sonriera desde el marco de la puerta. Sin embargo, Louis se veía diferente, nervioso y con la mirada divagante. Incluso lo escuchó exhalar pesadamente antes de ponerse en pie y acercarse.

No le había dejado hablar, o lo poco que expresó Harry, lo entendió a medias. Louis fue sincero al decirle cada una de las inseguridades que tenía respecto a él siendo su novio, su pareja.

¿Soy un buen omega? ¿Por qué no mencionas el lazo? El anillo de promesa... ¿Qué significa exactamente?

Preguntas cómo esas y otras confesiones que involucraban sus sentimientos bombardearon los oídos de Harry, quedó perplejo y mudo. Tiempo después intentó acercarse a Louis cuando notó las feromonas de angustia que comenzaron a espesar la habitación. Quería abrazarlo y darle la seguridad de que todo estaría bien, pero Louis retrocedió.