Solía creer encontrar la felicidad
en las palabras trágicas por aquellas poesías
de sueños catastróficos
envueltos en melodías melancólicas
de algún tiempo que nunca fue,
y tal vez nunca exista,
porque solo es producto de una fantasía,
creada por esa ausencia de satisfacción en lo real.
Y la mente me juega en contra
cuando ya los deseos
van más allá de lo certero,
y la inocencia de sentir un placer
que no es más que un cuento
porque tal vez nunca sentí el verdadero.