VII

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Al llegar a casa después de resolver aquel problema con el pecoso se sentó en aquel mueble desgastado.

La verdad no le daba vergüenza invitar a alguien y que viera su posada, al cabo, era su casa no la de ellos.

Chequeo un rato los cuadernos escritos por el pecoso, valla fue su sorpresa al ver que eran mucho más avanzados.

- No es tan tonto como pensé.. _ Sonrió mientras chequeaba los escritos

De hecho, no sabía cómo el peliverde conocía ese pasadizo a la parte trasera del castillo.

Justamente dónde la vista de los guardias no llegaba, ya que nunca nadie podía cruzar más allá de la reja.

Lo noto un poco distante y serio, cómo si tuviera alguna conexión ante ello. Supuso que tambien estaba enojado por la convivencia del pueblo.

Le alegro saberlo, pero a la vez no, ya que no era mucho de tener rencor a la gente o algo por el estilo.

Cree que solo le hizo perder el tiempo por un largo rato, ni siquiera sabía su vida, tanto como económica y familiar.

Pero bueno, el dijo que estaba bien y eso era lo más importante, le daba gusto que por lo menos se halla divertido.

Llamándolo "expedición″

Escucho un leve toque en la puerta, recogió todo al ver la sombra de varios hombres por abajo.

Nuevamente en el baúl con llave, debajo de una tabla suelta que había hecho por si era necesario.

- Buenas tardes _ Hablo el hombre, era un poco más alto que el, de pelo azul y lentes

- B-Buenas tardes _ Caspareo - En que les puedo ayudar?

- Venimos a lo de siempre, si no es mucha molestia, solo nos tomara unos minutos más

- Si.. adelante

El estuvo viendo a lo lejos como levantaban cosas y a desacomodar el lugar, checaron varios libreros.
Daba gracias por haber escondido sus pertenencias en un lugar seguro.
Si no, se las quitarían por sospechoso.

- Bueno, no encontramos nada por aquí _ Dijo uno de los tres hombres, de cabello oscuro y dos cicatrices en los brazos

- Muy bien _ Suspiro el azul, acomodó sus lentes y camino a la salida - Gracias, tenga buen día

Chequeo de reojo que estuvieran lo suficientemente lejos para revisar cada lugar revisado antes. Y si, encontró lo buscado.

- Jhm, creyeron que podían engañarme?

Un pequeño y extraño objeto, tan pequeño que no se veía por el ojo humano, pero para el, ya era costumbre estar rodeado por esas cosas, al cabo, siempre lo vigilaban.

La coloco nuevamente en el lugar y salió de la cabaña, para entrar por una puerta trasera. Haría creer que todo esté tiempo no se encontró en casa.

Agarro el objeto y lo puso en una estantería después de verificarlo y asegurarse de haberlo roto por completo.

Saco las cosas del escondite y volvió a lo que estaba antes.

En sus apuntes vio una marca muy peculiar sobre una hoja en específico. Hizo una mueca para sonreír tristemente, aún recuerda aquel día..

....

- Entonces dices.. que la glándula tiene que ir el en el centro del hueso?

- Así es hijo, si no, como sobrevivirá?

Amor de viajes | Dekubaku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora