Conocerte.

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No voy a morderte

Sólo quiero sentarme aquí.

No voy a molestarte

Ni a darte la tarde

Sólo quiero saber de ti.

Pareces estar triste

Por algo que perdiste

O simplemente eres así.

Me muero por quererte.

Solo quiero conocerte. — Hombres G.

Los rayos de sol iluminaban la habitación mientras Jaemin estiraba su cuerpo sobre la cama, sus brazo palpaba a su lado sintiendo vacío sobre las sábanas, giro a su costado notando que se encontraba solo

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Los rayos de sol iluminaban la habitación mientras Jaemin estiraba su cuerpo sobre la cama, sus brazo palpaba a su lado sintiendo vacío sobre las sábanas, giro a su costado notando que se encontraba solo. Tomó su bata teniendo apenas un calzoncillo encima y se la coloco atando el lazo por su cintura. Bajo las escaleras frotando su rostro que apenas se ajustaba a la luz, con su cabello desordenado y comenzó a escuchar risas, al ver a su novio junto a su hermano tomando un café, sus ojos se abrieron de par en par recordando que tenían un invitado. Inmediatamente corrió hacia arriba nuevamente y se encerró en su baño lavándose la cara y sus dientes, acomodo su cabello y se dirigió hacia la habitación quitándose la bata para colocarse un pantalón abultado y una camiseta gris que se ajustaba a su cuerpo. Bajo nuevamente y observo las miradas ajenas en su rostro cuando se dirigió a la cocina para preparar su café.

-También te prepare uno.- Escucho aquel timbre de voz que no era el de su novio y volteo dirigiéndose a la mesa para sentarse en su asiento poniendo las manos al rededor de su taza. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios al sentir el calor en la misma y la espuma en forma de corazón, algo ridículo que pensó ser muy tierno.

-Oye, a mi no me hiciste un corazón.- Dijo Mark frunciendo el ceño viendo a su hermano. Quien se rió negando con su cabeza.

-Tu no eres la princesa de la casa.-

A pesar de lo denigrante que podría escucharse sus palabras, Jaemin tomó su café manteniendo una pequeña sonrisa que no podía quitar de su rostro, al ver que Mark se reía bebiendo su café, simplemente dirigió la mirada a Jeno, quien le brindaba una gran sonrisa bebiendo del suyo.

Pasaron la siguiente hora entre charlas sobre el tiempo perdido, risas y sonidos de tazas sobre la mesa, hasta que Mark recibió un llamado repentino y los contrarios lo observaron dirigirse hacia el jardín, fuera de la casa.

-¿Haz dormido bien?- Rompió el silencio el menor, mirando hacia el mantel que parecía ser la cosa más interesante en ese entonces.

-He dormido como un bebé ¿Y tu?-

Jaemin asintió en respuesta y al levantar la mirada para observarlo, Mark entró rascando su nuca poniéndose frente a su novio. -Cariño.. debo irme.-

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