Lee Jeno

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"Trastorno límite de la personalidad es una enfermedad mental que afecta gravemente la capacidad de una persona para controlar sus emociones."

El suero colgaba de sus brazos y sus manos sangraban por la brusquedad en la forma de arrancárselo, se encontraba junto a una maquina expendedora, la cual había roto con su puño y bebía una cerveza como si su vida dependiera de ello. Hacía unos minutos había despertado en una cama de hospital, tosiendo un tubo atorado y sus piernas aún temblaban bajo su bata. Las enfermeras se sentían intimidadas ante aquel joven de cuerpo fornido que no llevaba ninguna prenda debajo de aquella bata blanca de hospital. Jeno dirigió la mirada hacia éstas y les guiño un ojo dando la vuelta encontrándose con un hombre que se paro frente a él como si viera un fantasma.

-Lee, ha despertado.-

-Mmh ¿Si? Me quedé dormido en la playa no se que hago aquí.-

Dice confundido mirando hacia sus costados y termina su cerveza tirándola a la basura.

-Por favor, acompáñeme.-

El médico llevó a Jeno hacia su habitación y llamó a su madre, quien llegó lo más rápido posible y al ver a su hijo despierto las lágrimas caen por sus ojos y lo abraza con gran intensidad. Su hijo mira desentendido ya que esa misma mañana la había visto junto a su padre, al separarse la mira y sonríe.

-Pareciera que no me ves hace siglos, desayunamos juntos esta mañana.-

La madre mira al médico y éste niega con su cabeza haciéndole entender que no debía preocuparse.

-¿Que es lo último que recuerda?-

-Estaba desayunando con mis padres y salí a refrescarme en la playa.-

Su madre da la vuelta con lagrimas en sus ojos y cuando está por retirarse luego de disculparse, entra su hijo mayor quien al ver su rostro la abraza con fuerza y la ayuda a retirarse para finalmente entrar en la habitación nuevamente y regalar una enorme sonrisa a su hermano acercándose a la cama.

-Hey bro, ya te estabas tardando. - Bromea dando un pequeño golpe en su pierna y se sienta a un lado riéndose por la expresión perdida del contrario.

-Hola Mark.- Responde cortamente con su ceño fruncido. El mayor vuelve a reírse y niega con su cabeza levantándose para dar una reverencia al doctor y salir con su madre.

-Todos se comportan muy raro. ¿Que sucede?.-

-Jeno.. esto será confuso al comienzo pero tómalo con calma ¿Bien? Haz estado en coma los últimos dos años.-

El más joven frunció ligeramente el ceño y permaneció estático los próximos diez minutos.

-Quiero estar solo. -Dijo mirando hacia un costado y cuando el médico estaba por pronunciar una nueva palabra, Jeno tomó un vaso de agua que se encontraba en la mesa a su lado y la tiro hacia la puerta con fuerza gritando, haciendo que los de afuera lo escucharan. - ¡QUIERO ESTAR SOLO!-

El doctor suspiro sabiendo que la reacción era una esperada y asintió con su cabeza saliendo de la habitación, encontrando a su madre llorando en los brazos de su hijo. -¿Que le sucede? ¿Por qué no recuerda? ¿Por qué se comporta de esta forma? Él es un agradable muchacho. -Comenta con las lágrimas corriendo por sus mejillas, siendo limpiadas por su hijo.

-Señora Lee, su hijo padece un tipo de amnesia, es normal en personas que despiertan de un coma, especialmente cuando ha vivido algo traumático.

-¿Es por el accidente?.- Pregunta Mark acariciando la espalda de su madre que aún continuaba llorando.

-Es posible que sea momentáneo, aun así haremos estudios al respecto. ¿Que sucedió antes del accidente? Mayormente son los episodios antes del coma, los que dejan el trauma.-

Su madre permaneció en silencio negando con su cabeza como si no supiera que decir. Ese día, cuando sucedió el accidente, los cuatro padres decidieron hacer un pacto de silencio donde jamás volverían a hablar de lo sucedido entre ambos jóvenes. Se prometieron no volver a aquella playa y olvidar lo sucedido. Mark, no estaba en dichas vacaciones, ya que se encontraba en otro sitio con sus amigos, por lo que no estaba al tanto de la situación.

De pronto, los gritos de Jeno comenzaron a retumbar en la habitación, escuchándose como las cosas eran arrojadas hacia las paredes. El doctor, junto a su madre y hermano, entraron, encontrándose con el chico destrozando el lugar, rompiendo las cosas y desgarrando su propia bata. La enfermera, quien había entrado para propinarle una nueva bata y su almuerzo, estaba en una esquina asustada y con algunas lágrimas en sus ojos. El médico le pidió que se retirara y tomó a Jeno de sus brazos, colocándose por detrás apretándolo a su pecho para que lograra calmarse, pero éste continuaba moviéndose y gritando como si su vida dependiera de ello. Le coloco un sedante y en cuestión de segundos estaba dormido en su cama.

-Él no es así ¿Que le sucede? ¿Por qué actúa de esa forma?- Pregunta su hermano afligido, en sus 20 años conociéndolo, jamás había visto a su hermano de aquella manera.

-Habrá que hacer estudios, pero es probable que el trauma haya generado algún trastorno en su personalidad.-

Dichas palabras hicieron que su madre volviera a romper en llanto, y así se sentó junto a su hijo quien acariciaba su cabello e intentaba tranquilizarla.

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