Un verano perfecto en una isla ajena a su hogar, dos amantes escapándose de su realidad, sometidos a separarse contra su propia voluntad.
Un encuentro, un desencuentro y un destino que los volverá a unir contra toda adversidad.
La vida es corta y el...
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JENO
Me dispuse a caminar por las calles desiertas, es tarde y al observar el reloj en mi muñeca, son pasadas las veintitrés. Mi mente se encuentra algo confusa, entre mis dedos índice y medio se encuentra un cigarrillo a punto de consumirse. Lo llevo hacia mis labios y lo consumo hasta que mis pulmones se llenen tanto de humo que me cueste respirar, lo exhalo por completo, llenando mi visión de una nuble blanca y al finalizarlo, simplemente lo arrojo en la calle.
Esto es ridículo.
Pienso mientras mi mente divaga entre el recuerdo de su rostro tan cerca del mío. ¿Es posible que alguien sea tan lindo?
Claro que es posible.
Sigo caminando sin rumbo, desabotono los primeros botones de mi camisa, dejando al visto mi cadena de oro con una J, siendo la inicial de mi nombre y meto las manos en los bolsillos de mi pantalón, aquel vacío volvió a aparecer, siento mi pecho oprimirse, necesito llenarlo. Llevaba unas horas tranquilo, mi mente estaba despejada, incluso olvidé por completo fumar, pero nuevamente siento como si algo me consumiera por dentro, aquella sensación que sentí al despertar del coma, vuelve a aflorar desde el fondo de mi alma.
Desde la esquina puedo escuchar música retumbar por las calles y me dirijo hacia el ruido, había olvidado por completo aquella discoteca, donde pasaba cada fin de semana en los días donde hacía la preparatoria. Con un letrero tan llamativo y sus letras Led que brillaban entre la oscuridad de la noche. "RESONANCE". Avanzo en su dirección y me sumo a la fila que es bastante larga a mi parecer. Si algo puede callar las voces en mi mente y aliviar la opresión de mi pecho, es el alcohol. Observo mis pies, tengo unas vans negras, un jean azul claro algo rasgado y una camisa blanca con la parte delantera metida por dentro y la parte de atrás completamente hacia afuera, quito las manos de mis bolsillos y remango mis mangas a punto de encender un cigarro, cuando escucho mi nombre.
—¿Jeno?— Alzo la mirada y veo a un chico aproximarse, estaba adelante en la fila, pero decidió ir en mi dirección, entrecierro mis ojos para visualizarlo y no es hasta que esta sonriendo frente a mi rostro, que me doy cuenta de quien se trata.
—¿Taeyong?— Esboza una amplia sonrisa y no duda un segundo en abrazarme, lo correspondo y sonrio de igual forma, separandome un poco para observarlo.
