Parker está mayormente tranquila de camino a casa, lo que en realidad no me alarma. Estamos cómodos con el silencio del otro. Pero, estuvo tranquila en la cena también, y eso es inusual.
—¿Habla o calla? —pregunto.
—¿Hmm? —pregunta, sin jugar nuestro juego habitual. Le echo un vistazo con más atención.
—Estás actuando raro.
Me da una mirada en la oscuridad del auto. Su expresión es ilegible, y eso me hace preocuparme aún más. No soy bueno en muchas cosas, pero saber leer a Parker siempre ha sido una de ellas.
Eso es lo que sucede cuando alguien es tu mejor amigo, compañero de viajes y compañero de piso. Empiezas a conocerlo tanto como te conoces a ti mismo. Mucho mejor, en realidad.
—¿Saldrás esta noche? —pregunta. Me encojo de hombros.
—No lo he decidido. ¿Por qué, quieres venir?
En silencio espero que diga que no. No porque no quiero pasar el rato con ella, es porque hemos "salido" más a menudo últimamente, y la he pasado bien, mayormente, pero no me molestaría una noche tranquila. Quedarme con Parker en el sofá viendo televisión mala o películas estúpidas suena mucho mejor que arreglarme y hablar con extraños.
Aun así, una de las cosas de tener una mejor amiga es que cuando te pide que seas su cómplice, tienes que hacerlo de la forma en que lo harías por un amigo.
Pero, también hay una obligación extra de protegerla. Me mataría si supiera, pero la razón por la que salgo con ella no se trata mucho de ayudar a que se acueste con alguien, sino asegurarme que no termine con algún idiota.
Así que, no, no quiero salir hoy. Pero, si ella sale, yo salgo.
—Nah, creo que me quedaré —dice—. Estoy tan llena que ni siquiera puedo pensar en ponerme otra cosa que no sean mis pantalones con cintura elástica.
—¿La segunda ración de lasaña está poniéndose al día contigo? — pregunto, relajándome un poco ahora que no está callada y extraña.
—Dice el chico que tuvo tres. Doy palmaditas a mi estómago.
—Nunca ofendería a tu madre por no comer nada menos que una cantidad obscena.
La mamá de Parker es una cocinera decente, en realidad, no se trata tanto de la calidad de la comida, sino del factor que sea hecho en casa. No extraño muchas cosas de casa, pero sí extraño las comidas hechas en casa. Por supuesto, las cenas familiares en mi casa no eran tan agradables como en la casa de los Blanton.
Nunca podría decidir qué era peor, los interrogatorios de mamá cualquiera de las veces en que me sentaba a comer en la casa de mi madre, o los silencios incómodos cuando mi papá trataba de encontrar la manera de hablarnos cuando éramos niños.
Parker se quedó en silencio de nuevo, y esta vez la dejo tranquila.
De vuelta a casa, ambos nos dirigimos a la cocina, ella coloca los restos de comida en la nevera, y yo voy por un vaso de agua.
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Blurred Lines
Romance¿Pueden una mujer y un hombre ser solamente amigos? Cuando Parker Blanton conoce a Ben Olsen durante su primer año de Universidad, la conexión es inmediata... y platónica. Seis años después, todavía son amigos y comparten un apartamento en el distri...