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"Cariño te voy a acechar esta noche"

—Chef Min.— llamó el joven mesero sutilmente.

YoonGi al escucharlo apagó el fuego y sacó la sartén de Foie Gras con bastante rapidez, pues debía ser cuidadoso con la cocción. El hígado de pato en salsa de champiñones era un platillo delicado, proveniente de Francia, sumamente elegante y costoso.

—¿Qué ocurre?— cuestionó con semblante neutro, colocando la comida con dedicación en un plato grande y blanco, dándole así una imagen estética y limpia.

—En la mesa siete piden su presencia, al parecer quieren felicitarlo.— comentó el menor mirando como bañaba suavemente con salsa y colocaba un racimo de perejil encima.

YoonGi asintió —Está bien, gracias por avisarme y entrega esto en la mesa once por favor.— señaló, entregándole el plato para luego dirigirse a lavar sus manos antes de ir a donde sus clientes lo solicitaban.

Se encaminó con pasos lentos y firmes, por donde pasaba los clientes le sonreían e incluso algunas personas murmuraban sobre su hermoso tono pálido de piel y color azulado de cabello. Vislumbro a poca distancia su destino y pudo distinguir a cinco personas degustando su tarta de fresas especial, aquella que solía preparar con la receta secreta de su amada abuela.

—Buenas tardes.— habló logrando atraer su atención —Tengo entendido que buscaban al chef principal.

Los cinco presentes lo escanearon de pies a cabeza y la mujer en el centro de la mesa le sonrió con coquetería, a la cual él sutilmente correspondió torcidamente, ya que YoonGi no era fan de las personas que se iban por el físico.

—Sí, usted debe ser el famoso Min YoonGi. Me presento, soy la modelo Brigitte y vengo con mis compañeros de la agencia Chanel, solo quería comentarle lo exquisitos que son sus platillos.

YoonGi asintió al halago —Muchas gracias, pero veo que la tarta de fresas no le gusto a alguien.— comentó, observando un puesto en la mesa vacío, en el cual el postre yacía casi intacto, quizás solo habían dado una cucharada y abandonado sin más.

—Oh, ese debió ser mi compañero.— respondió uno de los modelos masculinos con algo de pena —JiMin siempre huye de las cosas dulces.

JiMin...

YoonGi al escuchar ese nombre sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal, negó intentando convencerse de que solamente era una casualidad y no se trataba del mismo JiMin que conoció.

—Ya veo, espero tengan una excelente noche y gracias por visitar Seesaw.— dijo dando por finalizado su encuentro y retirándose velozmente.

Forzadamente, se obligó a no mostrar debilidad, se dirigió a los sanitarios y al verse al espejo gruñó irritado. No debía recordar, pero cuando se trataba de Park... Simplemente todo volvía de golpe a él y no podía controlarlo.

Min YoonGi en la actualidad era dueño del famoso restaurante cinco estrellas Seesaw, a sus cortos veintisiete años había logrado todas sus metas y hasta era un chef de renombre mundial.

Desde la infancia YoonGi presentó sumo interés en la cocina, adoraba ver a su abuela YuMin preparar la comida y luego atiborrarse con ella, cosa que a la larga le provocó obesidad. No obstante, aumentar de peso no le importaba cuando podía degustar platillo tras platillo y deleitar su paladar con los miles de sabores hogareños de su abuela.

YoonGi quedó huérfano desde los cinco años, su abuela YuMin era su única familia y lo consentía en todo. Nunca se le negó una doble porción o su postre favorito, era el bebé consentido y procuraba darle todo lo que quisiera.

𝓔𝔁𝓺𝓾𝓲𝓼𝓲𝓽𝓸 𝓹𝓵𝓪𝓬𝓮𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora