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"No puedes mantenerte lejos de mí, no rechaces al animal"

YoonGi se levantó temprano al siguiente día y preparó un desayuno al estilo americano, el cual constaba de dos huevos estrellados, pan tostado, tocino dorado y agrego un licuado de plátano. Cuando finalizó se dirigió al sótano, en su mano izquierda llevaba una correa de perro que planeaba ponerle a su nueva mascota y en la derecha la bandeja con todos los alimentos.

JiMin estaba en un rincón medio recostado mientras abrazaba sus piernas, sus cabellos rubios estaban revueltos y sus ojos hinchados por haber llorado casi toda la noche.

—Te traje esto.— señaló el peli azul, acuclillándose frente a él para dejar la comida.

—No quiero, todo eso contiene muchas calorías.— respondió el menor sin pensar.

YoonGi rio de forma socarrona, alejó un poco la bandeja y mostró el collar que traía, sin aviso se lo colocó alrededor del cuello y le desato las piernas.

—Vas a comer por las buenas o ¿Prefieres por las malas, JiMin?— cuestionó, estirando de la correa para que se acercara a la comida.

—Soy modelo, YoonGi... No puedo comer estas cosas.— insistió angustiado.

—Okey entonces por las malas será.

JiMin fue jalado hasta colocarlo en cuatro frente al plato, YoonGi le sonrió desde arriba y le pisó la cabeza para que comenzara a comer. Sin muchas opciones el rubio tuvo que hacerlo, de vez en cuando Min le ejercía presión para que acabara todo.

—Estoy lleno, para.— imploro el menor asqueado, su estómago estaba al límite y si continuaba vomitaría.

—No te pregunte, aún te falta una tira de tocino, los panes y el licuado.— señaló YoonGi, tomando el vaso en sus manos —Acaba con eso o ¿Prefieres el licuado?

—El licuado.

—¿Estás seguro?— cuestionó el peli azul, alzando una ceja en muestra de molestia.

JiMin asintió —Tiene menos grasas y es nutritivo.— opino obviamente casi que, por instinto, era su día a día contar lo que consumía porque debía mantenerse en su peso ideal si no es que menos.

YoonGi gruñó disgustado porque odiaba que pensara de esa manera, alejó la bandeja con un movimiento de pie y se colocó frente al rubio. Por su parte, Park no comprendía por qué estaba haciendo esas cosas, solo debía darle el vaso y él lo tomaría sin respingar.

—Dijiste que preferías el licuado, JiMin, espero no te retractes.— comentó con diversión mientras se desabrochaba los pantalones y sacaba su miembro.

—Espera ¿Qué haces, YoonGi?— preguntó alarmado al ver como se introducía en el vaso.

—Lo comerás.

JiMin negó a la vez que miraba el pene lleno de licuado, el peli azul le tomó por el pelo y lo obligó a agachar la cabeza con la mano izquierda y la derecha tiraba de la correa en su cuello.

—Abre tu boquita, cielo, yo te voy a dar de comer.— ordenó con su voz ronca de la excitación.

—Yo no... Yo nunca he hecho esto.— confesó el menor con el cuerpo del miembro en su nariz, estaba avergonzado de decirlo, pero no tenía experiencia.

YoonGi corrió su mano hacia el mentón, lo alzó para mirarlo a los ojos y apretó sus mejillas para poder introducirse. JiMin sintió su campanilla ser golpeaba, el sabor dulce del licuado del plátano estaba combinado con el sabor amargo del mayor.

𝓔𝔁𝓺𝓾𝓲𝓼𝓲𝓽𝓸 𝓹𝓵𝓪𝓬𝓮𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora