04

3.2K 320 79
                                    

"No digas mentiras, no puedes negarlo"

—Sube a la mesa, JiMin— pidió YoonGi con tranquilidad.

JiMin asintió al instante, la camisa blanca que su mayor le había dado apenas le cubría los muslos y se alzó. Cuando acató su pedido, la correa alrededor de su cuello tintineo con el movimiento.

—Abre las piernas.

—¿Así?— dudo inseguro, separando sus rodillas y sosteniéndose en sus muñecas a la vez que se recargaba sobre la madera.

—Sí.— correspondió el peli azul, tomándole por las caderas para atraerlo hacia la orilla y que su trasero quedara en el filo, expuesto para él.

—Yo me he portado bien ¿No?— curioseo el menor mirando los movimientos del contrario alrededor de la cocina.

YoonGi asintió, tomó algunas cosas del refrigerador y otras de las alacenas. Cuando volvió hacia JiMin colocó todo a su alrededor, había fresas, mandarinas, uvas y plátano. Además, algunos complementos como miel, crema pastelera, mantequilla y leche condensada.

—¿Y todo esto?

—Dije que te enseñaría a cocinar, pero la verdad es que prefiero comernos mutuamente.— confesó el mayor, abriendo el envase de leche condensada y tomando una uva.

—Comernos... ¿De canibalismo?— cuestiono JiMin asustado.

YoonGi negó —Claro que no, aunque debes saber tan exquisito como te ves, solo mantente tal como estas y yo me encargaré ¿Entendido?

JiMin mordió su labio inferior y asintió, el mayor hundió dos dedos en la leche condensada y los dirigió hacia su entrada. YoonGi llenó el anillo y se agachó para probar, a la vez que introducía su lengua un poco.

—Eso... Gi~.— gimoteo el rubio, cerrando sus ojos y empuñando sus manos, se sentía bien.

YoonGi se separó, dejó un beso en su culito y llevó la uva hacia la entrada para introducirla. Era abrumador poder observar como la pieza era absorbida y se perdía lujuriosamente en ese hoyo tan delicioso.

—Cuenta para mí, JiMin— pidió el mayor, adentrando tres uvas al mismo tiempo.

—C-cuatro...— comenzó a contar —Diez ah~.— dijo, sintiendo como YoonGi insertaba sus dedos con más leche condensada para mover las uvas en su interior —Mgh~ dieciséis~.— exclamó en un jadeo intenso, corriéndose por primera vez.

—Me encantas, JiMin.— comento el peli azul abriendo su boca delante de su culo.

El menor no necesitó que le dijera qué debía hacer, pujo un poco y las uvas comenzaron a salir junto con la leche. Por su parte, YoonGi las comía con placer mientras se masturbaba con una de sus manos.

—¿S-sabe bien?— preguntó JiMin al verlo tan extasiado.

—Vamos, prueba.— incitó el mayor, acercándose con el contenido en su boca y pasándoselo a través de un beso.

JiMin sintió el sabor dulce alrededor de toda su boca, sabía delicioso, tanto que cuando el peli azul se separó un hilo de baba quedó tendiendo entre ellos.

—Ahora probemos con algo más grande.— señaló YoonGi, tomando las mandarinas para sacarle los gajos y acercando esta vez la miel.

El proceso fue exactamente el mismo, el mayor introdujo primero el líquido, probó su culo y luego fue llenándolo de mandarinas para luego comerlas. JiMin se corrió por segunda vez, se había sentido aún mucho mejor que las uvas por la diferencia de tamaño y cantidad, había tenido veinte gajos en su interior.

𝓔𝔁𝓺𝓾𝓲𝓼𝓲𝓽𝓸 𝓹𝓵𝓪𝓬𝓮𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora