Capitulo siete

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Thor se había levantado temprano para hacer su parte justa de tareas que desempeñaba como trabajador de su madre, pero se le había ido la mañana arreglando una cerca que era del área que le tocaba dar mantenimiento,  así que primero haría eso y después se adentraria en el bosque para abastecerse de leña, el rubio sabía perfectamente que del otro lado del arroyo habría la suficientemente madera como para llenar la carreta en un par de horas y recuperar el tiempo que había perdido haciendo reparaciones.

El sol estaba en lo alto cuando finalmente Thor habia logrado con su cometido, cada semana le tocaba a uno de los hermanos Odinson recolectar la suficiente leña para las necesidades del mesón, hacia poco que su madre había decidido abrir un espacio para los viajeros que pasaban a menudo, villa Strange se estaba volviendo cada vez más importante y ya eran frecuentes los viajeros que la visitaban para comprar el vino que ahí producían, muchos de ellos comentaban que sería bueno tener un lugar donde descansar y llenar sus estómagos, así que su madre se había dado a la tarea de ser quien les proporcionara tal servicio.

Antes de volver a su hogar Thor dirigio al par de caballos que jalaba su carreta para que bebieron agua, de pronto el rubio decidio que un rápido chapuzon no estaría mal para mitigar el calor, total, ya había cumplido con los deberes del día, tenía toda la tarde para descargar la leña y acomodarla.

A lo lejos vio a un chico con camisón de dormir, ¿que estará haciendo?, se preguntó el rubio pues aquel joven parecía perdido girando hacia todos lados tratando de ubicarse.

¿Te encuentras bien? Le grito el rubio después de bajar de la carreta, el hombre se giro para quedar frente a él,  en sus ojos pudo ver el desconcierto y quizá cierto reconocimiento por parte del hombre que ahora lo veía, ¿necesitas ayuda?, preguntó nuevamente Thor en un intento de hacer conversación, de pronto el hombre palidecio, Thor tuvo que actuar rápidamente para evitar que nuevamente se golpeara la cabeza, era evidente el golpe en su frente además estaba todo empapado.

Thor lo recostó suavemente en la hierva junto a la sombra de un árbol, sus mejillas habían recobrado cierto color, el rubio observo los lugares visibles para comprobar que no tuviera alguna otra herida, parecía estar bien salvo sus pies que se veían amoratados y con algunos rasguños, el rubio se quitó su camisa para ponerla al rededor de los hombros del desconocido pues a pesar del intenso calor había empezado a temblar.

Thor decidió desenganchar un caballo, más tarde volvería por la carreta, era urgente llevar al chico con su madre para que lo ayudara.

Con un poco de dificultad logró subir el cuerpo desforzado del pelinegro al  caballo, después Thor se subió y acomodo a su acompañante en su pecho, de ese modo podía cabalgar más rápido y con sus brazos se aseguraría de que el chico no se golpeara más de lo que ya estaba.

Loki se obligaba a abrir los ojos pero simplemente no podía, alguien lo estaba llevando algún lado, podía sentir como su cuerpo se balanceaba, algo parecido a trotar, debo estar alucinando se decía Loki, hizo un sobre esfuerzo por abrir sus ojos, no pudo ver nada pues su cara estaba enterrada en el pecho de alguien, dio un fuerte suspiro y sus fosas nasales se llenaron de aquel delicioso aroma, a pesar de ser una aroma fuerte era realmente exquisito, enterró un poco más su nariz para perderse en el delicioso olor, aguanta un poco más, ya casi llegamos, alguien le habla a lo lejos, Loki no pudo hacer otra cosa más que obedecer las órdenes que su salvador le daba y volvió a caer en la inconsciencia.

¿Quien eres?, se preguntaba el rubio mientras se dirigia a toda prisa para llegar con su madre.

Thor llegó a las puertas de su hogar, tenía una cabaña pequeña a un lado del mesón, era el segundo de cuatro hermanos y el mayor de los hombres, así que había decidido tener su propio espacio para él solo, recostó  al pelinegro en la cama y se fue en busca de su madre.

"¿No te dijo nada? - Lo cuestionaba Hela su hermana mayor, aunque solo era hija de su padre, Frigga la había acogido como una más de sus hijos cuando se unio a su ya difunto esposo Odin - algo, no se, el nombre de alguien con quien llego, ese camisón es fino"

"No, ya les dije a ti y a mamá todo - respondia el rubio un poco exasperado por la terquedad de su hermana - solo me vio y se desvanecio"

" No lo culpo - Hela saco una daga de su cinturón y empezó a jugar con  ella, a pesar de ser una mujer se negaba a vestir como una, ella era un alfa en todos los sentidos, era fiel creyente que las faldas eran solo para las omegas - estas tan feo con esas greñas todas mugrientas que seguramente pensó que eras un animal salvaje"

"Y tu has de estar muy hermosa - le respondió el rubio - no se porque Freya todavía no cae rendida a tus pies "

"Imbecil" - le respondió la pelinegra.

"Alfa de quinta" - se defendió el rubio.

"¿Quieren callarse ? - los reprendió Friga que había terminado de limpiar al pelinegro, le quito la ropa húmeda y lo cubrió con una camisa de Thor, además había curado sus pies y cambiado el vendaje de su cabeza - cuando despierte nos dirá de donde viene, jamás lo había visto por aquí, o por lo menos nunca a llegado a  hospedarse en el mesón "

"¿Podrías cuidarlo madre? -  pregunto el rubio - deje la carreta al otro lado del arroyo, necesito ir por ella"

" Iré yo por ella - se ofreció Hela - tú quédate a cuidarlo, para que cuando despierte por lo menos vea una cara conocida, pero date un baño, no queremos que se vuelva a desmayar por el susto de verte"

"Yo también te quiero hermana" - bromeo el rubio.

"Imbecil" - murmuró Hela mientras salía de la cabaña del rubio.

" Iré por un poco de sopa - dijo Frigga mientras recogía la ropa sucia del pelinegro - tu hermana tiene razón, ve a darte un baño, apestas y por una vez en tu vida peina ese nido que tienes por cabello, no te morirás si usas un cepillo"

" Si madre - el rubio saco de su modesto guardarropa algo de ropa - no tardó, vigilalo por mi ¿Quieres?"

Frigga dejo la ropa sucia a un lado, se sentó junto al pelinegro que dormía tranquilamente, por lo menos sus sueños no eran inquietos.

Loki fue saliendo de la inconsciencia envuelto en un agradable aroma, era un olor electrizante parecido al que hay en el ambiente cuando está a punto de caer una gran tormenta, también olía a madera a fuego, a hogar... pensó el pelinegro.

Loki abrió los ojos, a su lado estaba una mujer, enfoco bien su vista ¿era Frigga?, no podía serlo, su amiga tenía el cabello rubio como el sol y esta mujer tenía el rojo del fuego en sus cabellos, la observo bien, eran tan parecidas y a la vez tan diferentes.

"Hola cariño - la dama paso su gentil mano por su rostro - ¿te sientes bien?, mi hijo te encontró desorientado en el campo, ¿donde está tu casa?, podemos llevarte con los tuyos"

Loki solo la miraba confundido, era su voz, tenía la misma voz que Frigga.

"Listo madre yo me encargo de cuidarlo - Thor entró como un torbellino en la cabaña  - oh, veo que ya despertaste, hola, me llamo Thor y ella es mi madre Frigga, yo te encontré en el campo, ¿me recuerdas?"

Loki se levantó de la cama lo más rapido que pudo, sintio un fuerte mareo peto eso no lo detuvo, es un sueño se dijo a si mismo, llego hasta donde estaba el rubio y posó sus manos en sus mejillas.

"¿Eres tu? - preguntó Loki desconcertado - ¿como es posible?, tu...tu mori.."

Sin decir nada mas Loki salio de la cabaña,  tenía que poner en orden sus ideas, cuando estuvo afuera todo era vagamente conocido, volteo a un lado y ahí estaba, el mesón de Frigga, pero este era diferente, era más pequeño, entonces a su mente llegó  la platica que tuvo con Frigga recién se conocieron, ¿podía ser posible?, de alguna manera había viajado al pasado, ¿como volvería a su hogar?

"¿No recuerdas de donde vienes? - preguntó el rubio que había llegado a su lado  tomandolo de la mano - no te preocupes, aqui te cuidaremos, yo te cuidare hasta que recuerdes"

Thor lo abrazo intentando darle consuelo como si fuese un niño, y en ese instante Loki supo que había llegado al lugar correcto, pero lamentablemente sabía como terminaría todo y no podía permitirlo.

Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora