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D: dime que me amas.

⋋⁠✿⁠ ✿⁠⋌

   Habían llegado hasta allí, estaban tan cerca de ganar, sólo debían... Por qué...

—Derek, hey. —Stiles está arrodillado a su lado, desesperado mientras presiona la horrible herida que le hizo el Berserker que fue contra él. —¿Por qué no estás sanando? —se alarma, pero intenta no entrar en pánico porque no es lo que Derek necesita en ese momento.

—Stiles. —Derek aún no pierde la conciencia, lo cual agradece. Que Stiles sea lo último que vea, aunque su rostro angustiado lo haga sentir culpable, es todo lo que necesita. —¿Scott-

—Todos están bien, ellos se encargan del resto. —Stiles había salido de la lglesia luego de que Scott regresara a sus cinco sentidos. Con todos allí, su ayuda no era necesaria, enfrentar a los Berserker y a Kate era trabajo para quienes tenían garras y fuerza sobrehumana con un poder de curación casi inmediato. Poder que en Derek no estaba funcionando.

—Eso es bueno. —Derek se siente aliviado, pero Stiles no. Encontrar a Derek en ese estado, recostado de una roca, cubierto de heridas que no paran de sangrar, es una visión aterradora.

—Si, pero ¿sabes que no es bueno? Tu condición. —señala mientras piensa cómo demonios ayudar a Derek. El Jeep está demasiado lejos, todos están dentro de la Iglesia y no pueden esperar por ellos, Stiles no quiere apartarse del azabache. —Derek, en serio, ¿Por qué no estás sanando?

—No lo haré. —Hale dice con una seguridad abrumadora.

—¿¡Qué demonios significa eso!? —Stiles grita, furioso. —¡Si es una broma, no es el maldito momento! —le regaña. —¡Así que comienza a curarte, no es gracioso! —su voz cada vez es más alta, está permitiendo que el pánico y el miedo se apoderen de él, pero no es hasta que Derek alza una mano que apoya en su mejilla, utilizando las últimas fuerzas que le quedan, que Stiles convierte en lágrimas todo lo que está sintiendo. Son gruesas, escapan sin permiso y se deslizan por su rostro. ¿Por qué está tan alterado? Es Derek de quién están hablando, pronto se pondrá bien. Es un bastardo resistente, es-

—Te amo. —Derek dice con una sonrisa llena de sangre, una mirada borrosa y un sentimiento fuerte que golpea a Stiles como una bala directa a su corazón.

—No. —él dice, sus dientes se aprietan, pero la presión que hacen sus manos contra la herida de Derek tiembla. —No hagas eso. —su voz se mantiene firme, sus lágrimas corren con más fuerza. —No me estás haciendo esto, Derek. No te atrevas. —el miedo aprieta su corazón, no quiere aceptar lo que Derek está haciendo, lo que está pasando. —No es justo. —su cuerpo se siente débil, su voz tiembla y su corazón va demasiado rápido para su bien.

—Lo siento. —Derek sonríe, es molesto. ¿Por qué está recibiendo una sonrisa de Derek, de esta manera? Stiles se siente molesto, herido, está al borde de un ataque de pánico ahora más que nunca. Pero no quiere perder el control, no quiere perder de vista a Derek. Espera que, en algún momento, alguien aparezca y les ayude.

—¿Por qué no... —sus palabras son cortadas por un sollozo que quiere evitar. —¿Por qué no sanas? —no puede evitar preguntar. No lo entiende, ¿qué ha dejado pasar por alto? Siente que es su culpa por no haber notado que algo le estaba pasando a Derek. Si hubiera sabido esto, si hubiera notado las pistas... ¿Hubiera podido evitar esto?

—Stiles, te amo. —es todo lo que Derek tiene para decir, la mano aún en la mejilla del adolescente. Con el pulgar limpia un poco de sus lágrimas.

—No. —Stiles vuelve a decir, sus manos se apartan del cuerpo de Derek para sostener la mano en su cara. —No te lo diré. No así. —aquella negativa hace sonreír a Derek, quien lentamente cierra los ojos. —¡Derek! —Stiles grita para despertar al azabache, soltando su mano que cae sin fuerza. —¡Derek! —sostiene su cara, pero no recibe una respuesta. —¡Maldición! —lo suelta para apoyar el rostro sobre el pecho de Derek, no escucha nada. —¡Maldición! —repite, demonios, es todo una pesadilla. Aquello no estaba pasando. Comenzando con las compresiones, Stiles no puede parar de llorar, está molesto por no poder ayudar a Derek, frustrado porque su estado actual no le permite usar toda su fuerza. —¡Derek! —llama. —¡No hagas esto, no puedes hacer esto! ¡Por favor! —da un último golpe, pero nada, no recibe respuesta. Furioso, aprieta sus dientes y toma la camisa de Derek, arrugandola en sus manos. —¡Derek! —sacude. —¡Eres un imbecil! —insulta. —¡Un completo imbecil! —el rostro de Stiles se arruga en una expresión que se rompe en un pequeño sollozo antes del llanto. —No puedes morir. —balbucea. —Aún no te digo... que yo también te amo.

A.B.C [sterek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora