A.B.C [sterek]

X

X: xenófilo: amigo de los extranjeros.

⋋⁠✿⁠ ✿⁠⋌

   Cuando los zorros llegaron a Beacon Hills no fueron recibidos de la manera indicada, eran extranjeros de un lugar lejano y desconocido. Era normal que la mayoría de habitantes en el bosque les rechazaran. Sin embargo, un pequeño hombre lobo haría la diferencia.

Derek tenía un lugar especial, un pequeño claro dentro del bosque. Era silencioso, agradable y seguro, sólo él conocía ese espacio, por lo que se sorprendió cuando encontró a un desconocido niño a la orilla del riachuelo que cruzaba el lugar.

El niño, que se reveló como unos de los zorros que había llegado hace poco, se mostró bastante terco cuando Derek le pidió que se fuera. El chico era obstinado, escandaloso, parlanchín e irritante, no importaba que hiciera o dijera Derek, no se iba. Stiles, como se había presentado, sólo se burlaba de él cuando podía, bromeaba todo el tiempo y prefería juguetear por el lugar en vez de prestar atención a sus vacías amenazas. Eventualmente Derek se acostumbró a la presencia de Stiles. No le daría el gusto de sacarlo de su propio espacio, así que no tuvo de otra más que compartirlo.

Al comienzo fue molesto, pero lentamente fue aprendiendo y entendiendo a Stiles, la forma en la que se expresaba y pensaba, como veía el mundo y como imaginaba que quería que fuera. Sin darse cuenta, Derek comenzó a notar sus cualidades, lo que le hizo darse cuenta de que no era tan irritante una vez lo conocías. Stiles era inteligente, astuto como su naturaleza zorro dictaba, además de aventurero y valiente. Era, además, amable, exageradamente alegre y divertido. Y, cuando Derek estaba distraído, pensaba que era adorable y que su aroma le brindaba calma.

El tiempo pasó y siguieron viéndose de manera furtiva, encontrando divertido tener un secreto entre los dos. Sin embargo, cuanto más pasaban juntos, más se volvían unidos y lo que comenzó como una amistad, para Derek se volvió un sentimientos más cálido. Le gustaba Stiles, estaba seguro de eso aunque aún eran niños, en su interior sabía que era él el indicado para permanecer a su lado; su otra mitad. No le interesaba que fuera un zorro, nadie le impediría permanecer al lado de Stiles, sólo el podía rechazarlo.

Y no lo hizo.

Cuando Derek llega, una tarde cualquier, tomado de la mano con un niño zorro, Talía no se sorprende. O bueno, lo hace, pero sólo porque no esperó que Derek fuera quien diera el primero paso para hacer amistad con los zorros. Se lo esperó de Laura, o incluso Peter, aunque él hubiera causado sólo problemas.
  
Talía nunca le reprocharia a su cachorro haber hecho una buena acción, así como nunca reprimiria sus sentimiento, por lo que no tenía de otra más que invitar a los zorros a una cena. Sus cachorros tenían planeado cansarse en el futuro, lo mínimo que podía hacer era mantener un acuerdo tácito entre ellos