Extra 2.

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Observando la noche, pude darme cuenta de lo extenso que era el cielo y lo sola que se hallaba la luna, sin estrellas acompañándola

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Observando la noche, pude darme cuenta de lo extenso que era el cielo y lo sola que se hallaba la luna, sin estrellas acompañándola. Podía sentirme familiarizado con el sentimiento de soledad que ella padecía, la ansiedad de encontrar a un solo acompañante para sentirte querido, protegido o admirado; era tan abrumador que no podías desear más que encontrar a un compañero que te acompañase toda la vida y no te dejara ir.

Me mantuve décadas buscando aquel compañero de vida que fuera de similar naturaleza a la mía, para que no me abandonara en ningún segundo. Me alejé tanto de los humanos, cuyas vidas eran demasiado cortas, para no sufrir por sus pérdidas, pensando que, de esa manera, podría terminar con mi soledad. Sin embargo, nunca fue así.

Mi otra mitad, mi complemento, la persona que le daba luz a mi vida, no se hallaba entre inmortales. Su vida era finita y su estadía a mi lado fue corta. Él era el perfecto compañero para mí, aquel que siempre había deseado mantener a mi lado, pero que nunca pudo estarlo completamente.

No obstante, ahora que he podido recuperarlo, he sabido que la soledad no dura para siempre. Que sufrías en soledad por muchos años, porque la vida te preparaba para entregarte a una persona valiosa y para que supieras adorarla y valorarla. Posiblemente, si no hubiese conocido a Jimin, nunca hubiese podido aprender a valorar a las personas que me rodeaban y me querían. Probablemente, hubiese echado a Yoongi de mi vida, mucho antes de tener una amistad y me hubiese arrepentido toda la vida por ello. Gracias a que perdí a Jimin, pude entender que la vida humana tenía un final y si no lo aprovechaba correctamente, podía dejar pasar varios momentos y oportunidades.

— He dejado de estar solo, — pronuncié con una pequeña sonrisa — mi pequeño rayo de sol ha vuelto a mí.

Escuché unos pasos a la lejanía, por lo que me puse de pie y giré en dirección a la entrada de aquella pequeña habitación. Su decoración era ambigua y rústica, una combinación de colores opacos y ordenado pulcramente. La cama matrimonial descansaba cerca de la ventana, teniendo los rayos de la luna como única iluminación dentro de la habitación. Observé hacia la puerta, mientras esperaba la llegada de mi amado.

Jimin apareció de manera tímida, usando apenas una bata de dormir, sus ojos de color miel eran tiernamente opacados por el sonrojo en sus mejillas y por los pasos temblorosos. Cuando pude ser consciente de su cercanía y de su deliciosa fragancia, pude respirar aliviado y gustoso, sabiendo que podía tenerlo por mucho más tiempo, junto a mí.

— Buenas noches, señor Jeon. — Él me observó con una pequeña sonrisa en sus labios.

— Buenas noches.

Jimin fue acercándose poco a poco hasta que nuestros cuerpos se separaban por apenas centímetros. Sus ojos me transmitían el más puro amor, mientras sus manos temblaban entre la indecisión de tocarme o retener aquella necesidad.

— ¿Tienes miedo? — él negó suavemente antes de volver a observarme directamente a los ojos — ¿por qué tiemblas, entonces?

— Yo... — su sonrojo se intensificó, dejándome una hermosa vista de su rostro avergonzado y el brillo inusual en su mirada — ... no sé cómo hacer esto. Tengo miedo de no ser lo suficientemente atractivo para ti.

The truth untold ; kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora