NO MATTER WHAT

[004]

La madre de Seonwoo se sorprendió cuando al entrar a la casa de su hijo vio a quien solía ser su yerno sentado cómodamente en el sofá más grande de la sala viendo la televisión.

— ¿Jungwon?

El aludido abrió sus ojitos con sorpresa y volteó su cabecita para verla.

— ¿S-Señora Kim? — tartamudeó y por puro instinto colocó un cojín sobre su pancita de dos meses.

Según tenía entendido la familia del Alfa aún no sabía del tema del embarazo. Debían hablarlo, y con Sun quedaron en ir un día a cenar con ellos y dar aquel paso, pero el plan se fue por la borda cuando Kim Naeun se apareció en la casa de su primogénito sin avisar.

—Wow... Cariño, ha pasado mucho desde la última vez que te vi — emocionada la fémina avanzó hacia el precioso Omega de cabello castaño.

Éste sonrió algo incómodo, sabía que una pregunta -la cual no quería responder- en especial se avecinaba.

— ¿Seonwoo y tú se han reconciliado? Wah, en serio estoy feliz y aliviada. Siempre le dije a ese chico que tú eres el indicado para él

Yang se sonrojó y trató de ocultar la sonrisa que se quería pintar en su rostro tras oír eso. Se sintió halagado.

Pero sabía que la realidad no era esa. Así que las comisuras de sus labios bajaron de forma instantánea.

— ¿No es así?

— N-No. Seonwoo y yo no estamos juntos — susurró avergonzado mirando sus manitas sobre el cojín.

Naeun ladeó la cabeza confundida.

— Entonces... ¿Por qué...? — y antes de que pudiese continuar con la pregunta la presencia del atractivo Alfa se impuso entre ellos.

— Mamá, ¿qué haces aquí? No te esperaba — forzó una sonrisa ladina.

Su madre lo miró ofendida.

— Aigoo... ¿Acaso no puedo venir a visitar a mi hijo? — se cruzó de brazos.

— Sí. Pero por lo menos avisa antes

— ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué tratas de esconder? — levantó su mentón.

JungWon se encogió en su lugar.

— Nada. Deja de ser paranoica — dio un revuelo de ojos y luego miró de refilón a Won.

El Omega estaba muy pálido y parecía estar reteniendo algo.

— Aigoo, Jungwon-ssi, ¿estás bien? — cuando la Beta se quiso acercar al Omega, éste se puso de pie de imprevisto y con una mano en su boquita salió corriendo hacia el baño.

El pelinegro apretó los labios y los puños, cerrando los ojos con fuerza y maldiciendo en su interior.

Un silencio se instaló en aquella casa grande en la que sólo habían tres personas... Y un bebé formándose en la pancita de una de ellas.

— Y-Yo... Iré — señaló por donde se había ido el castaño.

Naeun asintió cortamente, para luego mirar hacia la tele. Observando un pedazo de la película que se estaba reproduciendo, pero sin prestarle atención. Básicamente las imágenes se proyectaban frente a sus ojos mientras pensaba en tantas cosas.

Y sin duda muchas de las dudas que tuvo se resolvieron sólo con ver a la ex-pareja regresar -unos 20 minutos después- en silencio.

Seonwoo guiando con cuidado a un avergonzado Jungwon que miraba al suelo mientras tironeaba de la tela de su suéter.

Tomaron asiento en el mismo lugar que antes y tragaron duro al escuchar el suspiro por parte de la mayor.

— ¿Y bien? ¿Hay algo que deban contar?

Su mirada se clavó directamente en los ojos aguados del castaño, para luego -vacilante- posarla en el poco visible vientre hinchadito del Omega.

— JungWon no aumentó de peso sólo por comer, ¿verdad?

El mencionado bajó la cabeza.

Entonces Seonwoo se armó de valor, tomó la mano del embarazado y miró a su progenitora.

— Nosotros... Vamos a ser padres en siete meses — soltó finalmente.

La Beta receptó la repuesta y asintió con una lentitud que pareció una eternidad para los futuros padres.

— Lo noté desde que llegué. Jungwonie huele muy dulce y hay un ligero toque de leche en su esencia. Eso sólo sucede cuando los Omegas están encinta — sonrió en corto y luego los miró. — Entonces... ¿Quién de ustedes me va a contar cómo sucedió esto? — levantó una ceja divertida.

Won alzó levemente su temblorosa manita.

— Y-Yo

— Adelante — se cruzó de piernas.