El corazón

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El corazón me palpita constantemente con un profundo hueco en él, ya no se dónde empieza y dónde termina el dolor que siento cada que late.

Suspiro para poder encontrar algo de paz, siento mi abdomen inflarse y soltar el aire con rapidez a ver si así al terminar puedo sentir que mi corazón se calma...

Desgraciadamente el dolor sigue ahí, fuerte y punzante, a veces no puedo contenerlo y solo logro sacar algunas lágrimas de desespero por mis ojos...

Me duele constantemente y sin una mínima intención de dejar por un momento esa pesadez...

Todo esto viene de la indiferencia, la mentira y el engaño que puede o no exista en la realidad, pero mi corazón la siente, me siento como un pequeño juguete que está siendo jugado muy de vez en cuando para que poco a poco se me olvide como jugar, para que poco a poco quien me está jugando se olvide de mi.

Me siento como un pequeño juguete roto que su compañero olvida reparar, me siento como un pequeño juguete roto al borde del colapso que se encuentra acompañado de alguien que no tiene intención de dar más que lo mínimo para que no deje de existir...

Me siento tan rota, tan abandonada, como si no valiera nada, como si todo lo que hago, todo lo que intento no funcionará en lo más mínimo, me siento agobiada, herida, no siento que me den más que una mínima cifra de atención y siento que me debería de conformar con eso....

Me duele tanto que todo esto venga de quien está viniendo, porque para mí él es mi compañero, no soy su juguete, no soy su alma rota... Él es mi familia...

No sé porque tengo la sensación de que solo espera un segundo exacto para que me cansé, para que deje de mandar un mensaje, para que deje de molestarle, para que sea yo la que me vaya y él ya no tenga ninguna responsabilidad sobre esto, no sé porque siento que todas las palabras de que lo está intentando con todas sus fuerzas, de que todo estará bien, de que esto es una promesa y de que somos una familia son falsas y solo está esperando a que me cansé para que se vaya con calma....

Esta última vez que le vi, no hizo más que hacerme sentir fea, estúpida, tonta, inútil, invisible... Insuficiente....

Es el momento en el que más lo necesitaba y es el momento en el que menos lo siento...

Algo me dice que ya no está ahí, que solo está fingiendo, una sonrisa, unos besos de ojos abiertos, una caricia vacía y un tomar de las manos obligado... Un abrazo tiezo, una mirada opaca y unas palabras huecas

Me duele tanto sentir todo esto, me duele tanto... Estar intentado, arreglarme, maquillarme, esforzarme para él, y que a él simplemente no le importe más que pasar de mi para ya no molestarle más...

Me da miedo, mucho miedo preguntarle, preguntarle si está fingiendo, porque estoy casi segura de que sí, preguntarle si es todo cierto, si de verdad me ama... Porque tengo miedo de que le respuesta sea que no, que no y que no lo hará.

Me pone tan triste que me cuide por obligación y no por amor, que me acompañe a mi lugar de destino no porque quiere pasar un momento más conmigo si no porque le quedó la mala costumbre de no dejarme nunca, costumbre que se nota que le pesa y le agobia, costumbre que no disfruta porque no me abraza, no ama estar conmigo, no ama pasar los segundos a mi lado y entonces yo me preguntó cómo nos planteamos pasar la vida entera, si los minutos se vuelven incómodos, los abrazos forzados y los besos despegados...

Me duele tanto... Tanto el corazón... A veces solo me gustaría que dejara de latir.

Y de pronto... Llegan poemas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora