Nueva casa,nueva vida.

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Estaba en el sótano de la casa, oía unos pasos de 2 hombres, caminaban por aquella casa, su mano tapaban su boca y parte de su nariz, intentando no hacer ruido, estuvo así por un tiempo hasta que no escucho nada más, solo sonidos de madera causados por el y también su respiración. Paso algunas horas y el oso estaba ahí, hasta que fue donde estaba sus cosas, lo primero que busco fue las pociones, sabía que le va a servir de algo, después de todo, el es uno de los únicos que tienen pociones. El oso agarró un chaleco negro y se lo puso, poniendo el gorro que venia con el chaleco, se puso otros lentes y una mascarilla negra, todas las cosas importantes las guardo en un gran bolso y en una mochila, luego de eso, salió de su casa. Miró a los dos lados y corrió hacía donde la casa de Farfa o bueno, donde estaba antes. El oso, se tropezaba alguna que otra vez, todavía le faltaba un poco de tiempo, aunque todavía no se rendía, estuvo así por un largo tiempo, aquella guarida quedaba por lo menos a 3,000 bloques, por lo cuál tardaría horas en llegar, además de que no podía correr y ni hablar sobre su estado físico. Aunque el sabía que no había marcha atrás, el oso no quería su vida de ahora, queria ir cuando el tenia 5 o 6 años, cuando su vida era perfecta, pero no, no hay caso en mirar y querer ir al pasado, no serviría de nada, el oso suspiró y dejó esos pensamientos de lado, solo podía mirar al presente y futuro.

Sin saberlo, el oso miró alrededor, -Me resulta conocido este lugar.- pensó, hasta que le dio una idea en mente, estaba cerca de la guarida del hombre de la armadura. Camino un poco más rápido, hasta llegar a una casa, casa que era de Farfa. El oso, tocó la puerta y llamo, hasta que escucho que alguien le hablaba detrás de aquella puerta.-¿Quien es? ¿Y como te enteraste de esta casa?- pregunta aquel hombre. -¿Farfa? ¿Eres tu? Soy Spreen..- pregunta y responde el oso. El hombre dejó pasar a Spreen, abrazándolo cuando lo vió. -Pensé que te habían secuestrado... que bueno que estés bien- dice Farfa, dándole una cálida sonrisa. -Estoy bien, pero, ¿Puedo quedarme contigo?- pregunta el oso, rompiendo el abrazo para mirar a los ojos de Farfa. -Si, claro, quédate todo lo que tu quieras, así podemos aprovechar y ayudarte más en el entrenamiento.- Añade el de armadura. -Me parece perfecto,¿Empezamos mañana?- preguntó Spreen, el de armadura estuvo de acuerdo y asintió.

El señor de netherite guió a Spreen a una habitación, una nueva, no había visto esta habitación antes el oso. Se acomodó en una pequeña cama que estaba ahí. El oso, empezó a poner sus cosas en los muebles mientras que el hombre de netherite lo dejo solo para que se instale adecuadamente. Para el oso, todo esto era nuevo, no sabía como esto llegara a pasar en tan poco tiempo, pero, sabía que era un cambió que le costará adaptar en su vida. Miró la hora, eran las 00:53 a.m. lo que significaba que tenía que comer algo, ya que no había comido algo de cena, fue donde la cocina y miró a farfa cocinando algo con una ropa de cocina, el oso intento aguantar la risa y intento poner cara sería, pero no era tan disimulado, hasta que Farfa lo vió. -¿Q-que preparas? Huele r-rico...- dice entrecortado el menor, intentando aguantar su risa. -Te ríes y te lanzó el sarten por la cabeza- amenaza el de armadura, por lo cuál, Spreen sólo se aclaro la garganta. -Me voy al baño, vengo enseguida.- dice el oso, para luego retirarse y riendo en el camino, llegó al baño y se lavo la cara, intentando ponerse un poco más serio.

Luego, fue de nuevo a la cocina, ahora vió la comida sobre la mesa y el se sentó en una de las sillas, mirando al pan con queso y mantequilla, el pan estaba calentito, olía riquísimo y le dio un mordisco gigante, saboreando el pan -Que manjar, gracias, ta' muy rico.- Dijo Spreen, teniendo un poco de comida en la boca -Que bueno que te guste, a la próxima hecho veneno- Respondió con sarcasmo el hombre de la armadura, para luego sentarse al frente de el oso, comiendo junto a él.

- Dijo Spreen, teniendo un poco de comida en la boca -Que bueno que te guste, a la próxima hecho veneno- Respondió con sarcasmo el hombre de la armadura, para luego sentarse al frente de el oso, comiendo junto a él

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Luego de terminar de comer, el oso y farfa se fueron a dormir, aunque el oso antes de dormir fue donde su habitación y cerró con llave, para luego buscar un cajón y buscar las pociones de curación. Cuando la encontró, el sacó unas gotas y las puso en la herida de su pierna, para que curará mientras dormía. El oso, dejó la herida al descubierto, dejando la venda en un lugar cercano, para luego, aplicarse las gotas de la poción en esa área, mientras aplicaba las gotas, el intentaba no hacer ruidos por el dolor que causaban, intentando ahogar aquellos ruidos. Luego, dejó la poción en aquel cajón y puso la venda en la herida, para luego dejar ese cajón escondido.

El oso fue a acostarse en su cama y empezó a dormir, extrañamente, en la casa de Farfa, el se sentía más seguro, por lo cuál no se tardo mucho en dormir.

En cambio, Farfa, se durmió un poco más tarde, porque todavía le faltaba algunas cosas en terminar, el hombre dejó su armadura en algún lado y se miró en el espejo de su habitación, mirando su cuerpo lleno de cicatrices y marcas de la armadura de netherite, hasta que se acordó de algo, tenía algunos lingotes de netherite en su armadura, por lo cuál el empezó a investigar en aquella armadura que el tenía, pero, no estaba, por lo cuál hizo que entraría en pánico, pero recordó, -Mierda, por la PUTA mierda, ese oso de mierda, Rubius. Sabía que era mala idea acercarme a él.- pensó el hombre, maldiciendo a él oso castaño y a el por ser tan estúpido.

¿Un Tryhard A Qué Costo? - Spreen [1ra Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora