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Kara fue sorprendida por la luz de la mañana cuando una sirvienta abrió sus ventanas—Buenos días señorita Danvers—dijo la mujer y señaló una mesita de varios pisos con todo tipo de cosas para el desayuno—La señora Luthor dijo que es su cumpleaños hoy.

Kara se talló los ojos—Sí pero ya lo celebré no hace falta otra celebración—dijo y se levantó para luego ir al baño.

—Pero la señora tiene un regalo para usted—agregó la mujer.

—No quiero su mierda, estoy aquí por obligación no por deseo.

La señora suspiró y asintió para luego retirarse en silencio.

Kara entró al baño, se lavó los dientes y se dio una ducha antes de comenzar a desayunar. No se dio cuenta de que Lena desde hacía pocos segundos la observaba desde el marco de la puerta—Feliz cumpleaños Kara.

—Cumpleaños, que feliz no tiene nada, mi cumpleaños ya lo celebré.

Lena la miró inexpresiva—¿Estamos teniendo problemas aquí pequeña?—se acercó a ella y se sentó a su lado para luego tomar su cintura y acercar su rostro al de la rubia—Tengo un regalo para ti, Kara, baja en cuanto desayunes por favor.

Kara tragó con trabajo un pedazo de dona que tenía en la boca—No te me acerques tanto.

—Me acerco lo que quiera te recuerdo que eres una propiedad—la agarró de la mandíbula—no me estás dejando ser buena contigo Kara, te dije que cooperes, no quieras conocerme.

Kara la miró con los ojos húmedos—te odio.

—Ódiame me da igual—dijo Lena encogiéndose de hombros y se fue.

Cuando Kara bajó la mansión estaba en total silencio—¿Lena qué querías?

Lena salió de su despacho peinándose el cabello en una estilizada cola de caballo de forma casual—Está en el jardín tu regalo, pero antes quiero hablar algo contigo—la jaló de la mano y la metió a su despacho—la gente va a preguntarse quien eres, así que decidí que sí te casarás conmigo pero haremos un acuerdo prenupcial.

—Está bien, por mí perfecto—dijo Kara.

—Tomarás mi apellido pero eso ya lo sabías, no obstante no nos casaremos ahora, si eres buena lo haremos—sonrió—sino pues...

—¿Sólo me llamaste para humillarme verdad?

Lena suspiró y la pegó a la pared mientras sujetaba sus brazos sobre su cabeza—Quería darte tu regalo de cumpleaños—susurró en su cuello y lo lamió despacio. A Kara se le salió un jadeo, fue pequeño pero lo suficientemente alto para que Lena lo oyese—te gusta esto puedo saberlo.

—No me gusta—dijo Kara con la voz temblorosa.

—No voy a violarte—dijo Lena secamente—Te vas a entregar a mí tu sola si sabes lo que te conviene—la soltó y salió de allí.

Kara se quedó allí unos segundos ¿No la iba a violar? ¡Ni falta que hacía! No tenía otra opción, maldita hija de puta, tenía que enamorarla, pero Lena tenía razón si sabía lo que le convenía tenía que enamorarla lo antes posible.

Salió hacia el jardín y vio el auto.

Salió hacia el jardín y vio el auto

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Ojo por ojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora