Rojo y Morado 2 colores en el desierto

Capitulo XII - Mutantes Enfermos

Narra: Raphael

— no iremos hasta allá, es una estupidez.

— Raph, ellos necesitan ayuda.

— es una perdida enorme de combustible, además sí están enfermos como dicen entonces ya están muertos. 

Lo último fue un tono tan cortante que hasta el acero de la cubierta de Don lo habrá sentido, Donnie puede sentir, ¿O estoy equivocado? Don tiene sentimientos, lo e visto afligido, no sé exactamente como funciona su núcleo ni sus funciones con exactitud, pero aún con un cuerpo de hojalata es una persona, es mi hermano, mi único hermano.

— No perdemos nada con intentarlo, míralos, están desesperados por ayuda, piénsalo, sí se tratará de Leo y Mikey tú también correrías el riesgo.

Miré de nuevo al par de chicos detrás nuestro, las ampollas brotando de sus brazos, caras enfermas, la lepra aquí es más común de lo que creen, el desagradable olor a muerte inundó mi olfato, de manera instintiva llevé mi brazo a cubrir mi boca, miré a Donnatello aún sin quitar mi expresión de desaprobación.

— desinfecta todo lo que toquen, no les des esperanzas, porque te aseguro no encontraremos nada.

Conforme me fuí alejando abrí la puerta delantera, me dedique a mirar desde el espejo retrovisor a Donnie acomodar al par de chiquillos enfermizos en el asiento trasero, escuché la lata de desinfectante casero agitarse, el olor era más agradable que la carne podrida que emanaban ése par de mocosos, Don subió al asiento conductor, había incluso colocado una capa plástica aislante y no por él sino por mí, era un riesgo enorme llevar enfermos.

— no quiero que te enfermes

— ¿Crees poder salvarlos? Si no me e comprometido a darles una solución no es solo por discordia, es porque realmente no les podré ayudar en nada.

 Con la mascarilla de filtro de oxígeno mi voz sonaba casi tan metálica como la de Donnie, miré disimuladamente en el espejo retrovisor, sonrisas enfermas, encías oscuras, las hienas son animales con un aspecto sumamente desconfiable, pero son niños, niños enfermos, ¿Ésto que siento es un mal presentimiento? Nada en mi es fiable, ni siquiera puedo recordar las fechas de cumpleaños de mis hermanos, entonces tal vez era solamente otra locura producto de mi dañado cerebro.

— ¿Por qué carajos sonríen?

— Rapha, dejalos, los pobres están en muy malas condiciones.

Éso me salió más agresivo de lo que hubiera querido, sus miradas molestas se clavaban en mí, ojos sumidos, cuencas negras casi vacías, sus tediosas respiraciones aumentando de ritmo, podía ver el pecho de ambos mocosos subir y bajar de manera irregular.

— dejen de hacer eso.

— Raph, cálmate no están haciendo nada malo.

Ése no era el punto, que porque acaso, ¿Quieren desesperarme? ¿Éso quieren? Porque lo están consiguiendo, aquel par de hienas infantes y enfermas seguían mostrándome los dientes y con su molesto respirar.

— les dije que dejarán de hacer eso.

— estás loco.

Ése comentario por parte del más alto de los niños fue suficiente, voltee a encararlos alzando el puño cerrado, el turtle tank frenó de golpe haciendo un fuerte chirrido al derrapar, ahora tenía la mano de hierro de Don deteniendo mi brazo, ¿Que me acaba de pasar? Un ataque de ira creo, ¿Cómo sé éso? No lo sé pero fue lo primero que me llegó a la mente.

— son niños, están enfermos y necesitan ayuda, es posible que sus familiares estén en una situación similar o peor, quiero ayudarlos así que cálmate, no pueden hacer ningún daño.