Destino

69 9 10
                                    

-¡¿Qué fue lo que dijiste?! -Sif gritó a los cielos, sus palabras se escucharon en un largo eco a kilómetros de distancia.

Thor rodó los ojos y se apartó de las manos que lo agarraban con fuerza.

Podría ser sacudido con fiereza, si la Lady que lo enfrentaba no se caracterizaba por tener una enorme paciencia y cortesía hacia la familia real.

Gritarle hasta el cansancio era su único límite que a veces funcionaba para que el príncipe hiciera lo que le pidiesen cuando era realmente necesario.

Solo que esa vez no estaba funcionando.

-Como he dicho ya más de tres veces... Me voy de Asgard.

El rostro de los presentes se tornó gris como el color del cielo nublado sobre ellos. Evidencia del estado de ánimo actual del dios del trueno.

-¡No lo harás! ¿Quién crees que ocupara tu lugar? Solo porque tu trasero no quiere sentarse sobre un trono de oro no puedes arrastrar a la miseria a toda nuestra gente. No importa como lo mires, sin compromisos reales como cónyuge y primogénito; y ahora sin el heredero... ¡Lograrás que hasta los antepasados se enfaden y caiga sobre el débil reino una era de miseria sin los cimientos formados!

Lady Sif gritó y su voz chilló como un sonido irritante ante el príncipe.

Loki había acertado con que una época oscura para el reino se acercaba. Solo que... Fandral no hubiese creído que fuese mucho antes de lo que esperaba.

¿Podría ser Thor menos despreocupado aunque fuese por un par de siglos más?

Solo bastaría un precioso heredero con la sangre dorada del príncipe en sus venas para poder dejar que se perdiera por los nueve mundos.

Era una locura, ¿Quién diría que el caos previsto por el gigante de hielo ocurría apenas un par de días después de los acontecimientos dados en Midgard?

-Amigo mío, deberías considerar las palabras sabias de Lady Sif. Recuerda que gracias a ella has evitado muchas desgracias. Entonces, si no es mucho pedir... -Frandal trató de persuadir al dios, pero este solo rodó los ojos y apartó la mirada.

Las palabras "¡Cásate!, ¡Ten nupcias!, ¡Danos un heredero!" Casi salieron de su boca, pero el príncipe siempre tenía unas palabras preparadas para dar cuando deseaba salirse con la suya.

-Me iré por supuesto. He encontrado el amor, ¿Por qué me quedaría con ustedes si la vida de mi alma gemela con cada segundo que pasa se consume en el tiempo? Si quieren un reemplazo, pueden encontrarlo entre ustedes mismos. Busquen al heredero entre los diamantes en bruto del pueblo, no quiero adelantarme a los hechos y garantizar que tendré hijos. Es mi vida privada, la decisión de Jane es lo que más me importa.

Lady Sif ardía en llamas, casi escupiendo veneno en lugar de sangre después de escuchar aquella orden ridícula.

Hogun la arrastró varios metros de distancia del príncipe, diciéndole que caminara por los prados y respirara mientras el tomaba el mando de toda esa situación.

Era realmente "Hogun el severo" como se le decía, así que no tuvo delicadeza con el príncipe y lo atacó con las palabras adecuadas.

-El padre de todo entró en el sueño profundo, me temo que no podrá marcharse en un momento tan crítico. La reina Fridga, anticipando esto de su parte preparó una reunión privada para hoy.

-¿Madre? ¡Pero si acabo de tomar esta decisión!

Era de esperarse.

Frandal pensó en la posibilidad de que la madre de Thor y reina tuviese ojos y oídos atentos a su descuidado hijo por todas partes.

A Giant Heart For A Giant FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora