Chispa

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-Oh no, ¡Se ha calcinado por completo! Está por todas partes, ¿Qué hago ahora?

-¡Ay, no puede ser! ¡Está demasiado caliente!

-Me temo que tal vez no puedas sostenerlo sin que se haga trizas.

-... Déjalo, no tiene salvación, podemos comer otra cosa. Hacer pan tostado requiere paciencia y concentración, para aprender a hacerlo deben hacerse muchos sacrificios... -Jane miró con tristeza la pila de panes negros que todavía estaban humeando, su corazón se apretó de ternura cuando observó al dios luchar contra la tostadora, como si de una bestia salvaje se tratase.

-Maldita criatura hostil, no me vencerás. -Thor hablaba a la pequeña maquina con una mirada feroz.- He domado seres mucho más grandes y mortales que tú, te arrepentirás por fallar en tu labor. Desearás haber atendido bien a tu señora.

Jane suspiró, arrojando al bote de basura la mitad de su desayuno "sorpresa" que Thor le había preparado.

-Está bien, no estoy enfadada contigo... o con la tostadora. Solo baja el martillo y te mostraré como hacerlo, pero por favor no destroces mi cocina.

El dios del trueno gruñó, dejando ir al Mjolnir de vuelta al perchero.

-Este olor no me gusta. -dijo con el ceño fruncido.- Me trae viejos recuerdos.

-¿Puede ser que también incendiaste la cocina de tu madre? -Jane preguntó con una curiosidad que ni el adormecimiento en su cuerpo o el hambre en su estómago pudieron enfrentar.- ¿De qué estás hablando?

-... El aroma de las cenizas en el aire. La amenaza de que llamas ardientes surjan para expandir su reinado de destrucción ante lo que se consume. Se encuentra vivo, libre, caliente y... Está quemando tus cortinas.

-¡¿Disculpa?!

*

Los guerreros encontraron el final del rastro de sangre sobre la tierra seca del gran y anaranjado desierto bajo sus pies.

La luz reflectante en la arena cegaba sus ojos y hacía más dificultoso el proceso de búsqueda. A pesar de que cada paso les acercaba más a su objetivo, la sensación de desesperación no cesaba en sus corazones.

-No lo encontraremos a tiempo. El calor solo aumenta y no creo que vaya a anochecer pronto. ¿Qué debemos hacer si no es continuar hasta morir bajo este infernal sol? -Lady Sif habló mientras su pecho bajaba y subía agitado.

Volstagg, arrojó a los brazos de la guerrera el último de sus vinos.

-Resiste, Lady Sif. No dejes que tus temores te consuman y te arrebaten el aliento antes que la batalla. -dijo el invencible, tomándola por los hombros para que lo mirara a los ojos-. No le des la satisfacción a esos bastardos demonios. -Volstagg habló suavemente, tratando de confortar a la guerrera y darle la fuerza de continuar avanzando.

-Alguien debe regresar y escoltar a los demás a la ciudadela. -Fandral se relamió sus secos labios, la temperatura no cesaba y su piel lastimada no podía sanar apropiadamente bajo aquellas circunstancias.- No recuerdo que hiciera tanto calor en Vanaheim la última vez que estuvimos aquí, eso solo significa que esas criaturas del infierno están provocando esto.

-Volstagg, debes ser tú el que regrese. -Sif sentenció y el mayor no pudo alejar de su vista el estado actual de su brazo.- No puedes luchar así.

Con la mirada baja, el guerrero sintió cómo la pena y vergüenza le invadieron.

-No, no me atrevería, ¿Qué le diría a la familia de Hogun? -confesó.

-Que él regresará. -El guerrero de cabellos dorados silbó, logrando llamar la atención de un corcel que se había alejado y perdido de los demás. El caballo cabalgó hacia ellos con cautela, relinchando al encontrarse de regreso con su amo. - Nos encontraremos pronto en la capital antes del siguiente amanecer... -Fandral le sonrió y acarició el lomo de su amigo alado mientras miraba fijamente a Volstagg.-... Y tú amigo mío, le dirás a Byggvir que prepare sus mejores reservas para la celebración.

A Giant Heart For A Giant FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora