Good girl (TOM KAULITZ)

cariñitos

Me levanté casi de un salto de mi cama. Llegaba nuevamente tarde a la Universidad. Se me estaba haciendo una mala costumbre, la tardanza.
Me puse la primera remera que encontré. Una negra corta, musculosa, que estaba abierta por debajo de los brazos. Acompañada de unos pantalones negros sueltos, con varios bolsillos a lo largo de las piernas. Termine por ponerme unas botas cortas, con varios cierres en sus laterales y algunos colgantes.

Baje las escaleras tan rápido que casi me tropiezo con mis mismos pies. No encontré a mi madre en la cocina. Supuse que ya se había ido a su labor.
Ella trabajaba 10 horas cátedras en un de las empresas más conocida de nuestra ciudad, Leipzig. No convivía mucho tiempo con ella.

Vivía allí desde los 4 años. Mi madre, Margaret Elizabeth Evans, una mujer baja, castaño claro, treintañera... había emigrado de Argentina a Alemania, cuando yo era tan solo una ñina.
Ella era británica. Sin embargo tuvo que vivir en Argentina, desde sus 18 años; Debido a qué mis abuelos la habían dejado en la calle, y sin muchas opciones económicas, decidió buscar otro país en el cual vivir de mejor manera.

En Argentina mi vida cambio totalmente. Margaret había sido contratada en una importante empresa. Y debido a su fidelidad con esta, fue trasladada a un mejor puesto de trabajo, una mejor oportunidad, en Alemania, dónde se encontraba uno de los cedes de la compañía.
Desde entonces, el dinero, nunca fue un problema para nosotras.

Aprendimos a vivir y arreglarnos completamente solas.
Mi madre siempre trato de estar presente en cada parte y circunstancia en la que atravesava. En ningún momento, estuvo presente la necesidad de una figura paterna, mi madre se encargó de ocupar ambos puestos.

Agarre una manzana verde de la heladera. Me dirijí a la puerta principal y al salir encontre, como usualmente hacia, a mi mejor amiga. Olivia.
Venía en su auto descapotable rojo. Nos gustaba causar impresión.
Al verme subió sus lentes y los dopisito en la parte superior de su cabello rubio. Me guiño un ojo. Sonreí como idiota mientras me dirija a ella.
¡Hace tanto no la veía!
Su vestimenta era distintos tonos de rosa. Llevaba una remera pastel, con un estampado en negro que decía "what are you looking at me?", que se encontraba debajo de una falda a cuadros.
Definitivamente era su color.

_ Dios Arely! Cada día estás más hermosa_ subí al auto y nos dimos un abrazo como si no nos hubiéramos visto en años.

Olí, era la mejor. Siempre encontraba la manera de hacerme sentir suficiente.
Podía notar, la sinceridad en cada palabra que decía. Cómo aquellas iban dirijidas con amor y sin ningún rastro de envidia.

Nosotros éramos un grupo de 3 personas. Olivia, Lucas y yo.
A Lucas lo conocía hace unos 8 años, desde primaria. Teníamos la misma edad pero íbamos a diferentes aulas.
Simplemente eramos dos niños, asustados que no lograban encajar. Recuerdo las burlas y las cosas que nos decían y hacían. Las veces que llore y siempre estuvo para mi, y viseversa.
  Era bisexual, por ende las agresiones iban dirijidas más hacia el, que a mi. De igual manera todo me afectaba.
Los niños pueden ser muy crueles en estas etapas de la vida. Al sentirse inseguros se ocultan bajo una máscara abusiva; cuando simplemente son solo "niños", intentando buscar atención. Queriendo ser comprendidos.
  Desde entonces nuestra amistad a perdurado por años. Lucas me ha acompañado en cada momento difícil en el que eh atravesado. En cada risa y en cada llanto.

Sonreí con suficiencia finjida a Oli.

_ Lo se. Lo se, cariño... Cuando quieras te doy tips para ser así de linda_ me señale a mi misma. Me miró divertida y me empujo juguetonamente.

_ oh lo siento Aly pero no necesito ningún consejito_ levanté una ceja riendo _ si no me crees, preguntale a mis pretendientes_ guiño un ojo y arranco el auto.