Conociendo a los padres

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****Piper P.O.V.*****

Después de perder el tiempo un poco más, me volví a poner los jeans y tiró de mi cabeza para descansar sobre su pecho, nuestras piernas entrelazadas. Pasó sus dedos por mi cabello aflojando suavemente los nudos cuando los encontró. Lo observé a través de los párpados caídos completamente relajado en sus brazos.

-Sigue así y me dormiré.- Mi voz salió entrecortada y suave en la habitación silenciosa.

Él sonrió y besó mi frente, mis ojos se cerraron de placer. -Entonces duerme.- Su voz era áspera y contenta.

Lo miré por última vez, nuestros ojos se encontraron y los suyos tenían una suavidad que nunca había visto en otro. Contento, mis ojos se cerraron y me acurruqué más en sus brazos con un suave zumbido.

Me desperté con voces suaves y emocionadas.

-Trajo una chica a casa. Mira Diana, está durmiendo tan profundamente como cuando era pequeño.- Exclamó una voz masculina emocionada.

-¡Son tan lindos juntos!- Diana estaba al borde de las lágrimas por la forma en que habló. Mirando hacia arriba, suavemente me quité el sueño de los ojos y me volví hacia ellos sonriendo suavemente.

-Hola.- Parecían emocionados y un poco sorprendidos de que estuviera despierta. Desenredé mis piernas de las de Judd y caminé hacia la puerta extendiendo mi mano lista para estrecharla. -Me llamo Piper. Soy la novia de Judd. Espero que no les moleste que Judd y yo estuviéramos durmiendo la siesta. Deben ser sus padres, es un placer conocerlos.-

Me miraron desde abajo hasta mis rizos marrones desordenados antes de mirarse y sonreír ampliamente. Diana rápidamente me abrazó ignorando mi mano por completo. -¡Es un placer conocerte!- Ella exclamo.

-¿Cuánto tiempo han estado saliendo tú y nuestro Judd?- exclamó el hombre.

Un sonrojo se apoderó de mis mejillas.- Hace unas semanas. Era muy dulce y me mostró la ciudad y no pude evitar querer salir con él.- 

-¿Estás hablando de nuestro Judd?-

-Sí, ella lo hace.- Llegó un fuerte gruñido detrás de mí. Miré rápidamente detrás de mí un poco sorprendido por la mirada de Judd que nunca había sido dirigida hacia mí. -Sal de mi habitacion.-

Su falta de respeto contundente por sus padres me hizo sentir incómodo y moví mi peso de un lado a otro mientras mi mirada iba de él a sus padres. Las grandes sonrisas que tenían en sus rostros permanecieron. -Está bien, chicos, les daremos un tiempo a solas. Deberías quedarte a cenar, Piper, nos encantaría tenerte.- Diana asintió de acuerdo con las palabras de su esposo.

-Me gustaría eso.- Sonreí suavemente cuando Judd cerró la puerta en la cara de sus padres. Volteó hacia mí rápidamente sus ojos de depredador. Me estremecí y retrocedí lentamente. Dio un salto hacia adelante pero todos los míos hacia atrás y pronto mis rodillas tocaron el borde de la cama. Su mano se deslizó empujándome suavemente y caí hacia atrás con un pequeño grito. Se rió profundamente antes de poner su cuerpo encima del mío besando un lado de mi cuello suavemente. Se apartó y me miró a los ojos, sus ojos tenían un tono verde intenso que envió un escalofrío por mi espalda.

-¿Entonces ya te asustaron?- Me sonrió con suficiencia aunque no tenía el mismo sentimiento detrás de él que normalmente tenía.

Sonreí deslizando una mano entre nuestros cuerpos para agarrar su barbilla. Acerqué sus labios a los míos y le di un pequeño beso en los labios sin romper el contacto visual. Le di mi propia sonrisa antes de dejar escapar mi respuesta.

-No me asusto fácilmente.- Él sonrió antes de besarme de nuevo.

El amor es un Birch. Judd x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora