Conociendo a su ex

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Judd llegó a su hora habitual a mi casa unos días después durante la mañana y me llevó a la escuela como de costumbre. Me encantaba pasar tiempo con él, parecía preocuparse genuinamente por mí y me hacía sentir como una reina.

Besó suavemente mi frente antes de ayudarme a subir al auto. Hicimos una conversación informal mientras tomaba su mano y él conducía. Su pulgar rozaba mis nudillos de vez en cuando con una suave caricia.

Al llegar a la escuela, sonreí suavemente. A pesar de haber estado tan molesto cuando vine aquí, estoy muy feliz de cómo han resultado las cosas. Se detuvo en nuestro lugar habitual y me ayudó a salir del coche.

-¿Así que esta es la chica que tomó mi lugar? Ella es jodidamente simple, si me preguntas.- Una chica con cabello verde y negro, vestida de pies a cabeza con ropa negra de tiras. Su rostro estaba lleno de piercings.

Judd gruñó y sus ojos se clavaron en ella con una mirada de odio. -Mantendría tu boca cerrada. Ella es cualquier cosa menos simple.-

Ella frunció el ceño antes de sonreír y mirarme.

-Espero que lo disfrutes mientras tengas su interés. Solo será cuestión de tiempo antes de que te deje y siga adelante.- Caminó entre nosotros hacia la escuela chocando conmigo con fuerza mientras pasaba. -Disfruta de mis segundos mientras dure, perra.- Ella respiró en mi cara.

Sonreí amablemente, mi mano se deslizó en el pequeño bolso que me había atado.

-Disculpe. Toma, necesitas esto.- Se dio la vuelta y atrapó el pequeño objeto que le lancé mirando la menta en su mano, gruñó enojada antes de girarse y pisar fuerte en dirección a la escuela.

Sonreí girándome hacia Judd, cuya boca se había curvado en una pequeña sonrisa sorprendida. Me miró con adoración. -Por mucho que me guste que te enfrentes a mi ex, probablemente deberías mantenerte alejado de ella. Es peligrosa y jodidamente loca, es por eso que la dejé.-

-No te preocupes. Puedo manejarme solo cuando se trata de chicas como ella. Es ella de quien deberías preocuparte.-

A lo largo del resto de la semana parecía que la chica se había propuesto avergonzarme o molestarme. Las pequeñas cosas que hizo, como hacerme tropezar y tirar cosas en mi casillero, realmente no me molestó. Tuve mi parte justa de intimidación en Texas y eran mucho más físicos. Aunque estaba empezando a molestarme.

El amor es un Birch. Judd x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora