Capitulo 0

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"Un buen libro es una voz sabia junto a ti."

Son aproximadamente las 2:30 de la mañana
estoy en mi cama sin poder dormir ni un poco, he estado muy estresada durante estos días. Creí que un respiro con mis amigos aliviaría todo esto y en cierta parte lo está haciendo, pero eso no quita que a veces me ahogue.

El ruido de la noche empieza hacerme efecto y estoy a punto de por fin picar el ojo.
De la nada hay un ruido en específico que llama mi atención y no logro dormir, me levanto, un poco asustada ya que con todas esas historias de lo qué pasa a estas horas de la noche me da miedo pensar que algo más esté pasando en vez de un simple ruido.

Estoy en la puerta de la habitación, mis amigas están durmiendo profundo no creo que hallan escuchado el ruido, me acerco a la puerta y cuando estoy a punto de poner mis manos en el manubrio, un mal presentimiento me domina y me recorre todo el cuerpo como un escalofrío. Pero logro ignorarlo y abro la puerta.

con sigilo doy los primeros pasos fuera de la pequeña cabaña en la que dormía y observo el panorama. No había absolutamente nada, todo estaba tranquilo, las demás cabañas estaban cerradas y las demás puertas por igual, pero sabía que de alguna párate tenía que provenir el ruido.

Voy adentrándome cada vez más y mientras más me acerco más se escucha, al acercarme lo suficiente pude distinguir el ruido, parecían dos personas teniendo una discusión a susurros, me pude percatar de una de las voces, "es Emma" me dije.
Personalmente nunca había intercambiado más que algunas palabras con ella, a pesar de que teníamos 3 años estudiando juntas, no sé ni como reconocí su voz. No era el tipo de persona expresiva que digamos, siempre estaba callada y participaba lo menos que podía en clases incluso había maestros que llegaron a bajarle la calificación por no participar de las clases interactivas, siempre traía consigo una libreta y a mi parecer era su mejor amiga, se pasaba todo el día dibujando o escribiendo en ella y escuchando música. Con la única persona que hablaba además de esa libreta era Chris Párkinson, su mejor amigo y también de nuestra clase.

Trate de distinguir la otra voz, pero me era imposible, parecía estar hablando con una especie de aparato que te hace cambiar de voz o algo así, ya que su voz se oía distorsionada. Pude acercarme un poco más, estaban detrás de la cabaña, yo me puse en una esquina para escuchar de que se trataba aquella conversación.

- ¿No puedes hacerme esto, no ahora... Recuerdas cual era el plan?, por qué quieres echar todo a perder justo cuando estamos a punto de conseguir lo que queremos?

-Ya no te necesito. Dijo esa voz tan horriblemente distorsionada que a duras penas pude entender.

-No puedes dejarme así, que se supone que haga aquí? ¿eh? ¿Quedarme parada como una estúpida mientras tú haces todo el trabajo?... Primero muerta.

-No te metas en esto y vete de aquí.

-No puedes hacerlo, les diré a todos
-....
Ella al ver que no respondía corrió molesta hacia su cabaña y casi me ve, pero pude esconderme tras las escaleras.

De la nada veo una figura saliendo del mismo lado que salió Emily, corriendo cada vez más rápido hacia ella con lo que parecía ser un arma blanca, no pude ver bien, estaba muy oscuro para visualizar cualquier cosa. Quería avisarle lo que estaba a punto de pasar, quería gritarle, pero nada salía de mi boca, no podía formular ninguna palabra, me paralice.

El la alcanza y la tumba sobre el suelo, ella intenta gritar, pero él le tapó la boca con una mordaza, forcejeó con todas sus fuerzas para poder soltarse de aquella figura siniestra, pero sus esfuerzos eran en vano, él tenía aún más fuerza que ella y con una mano en la mordaza, levantó la otra y pude ver bien lo que era. Era un cuchillo enorme, levantó el cuchillo y Madison asustada pataleo e intento con todas sus fuerzas quitárselo antes de que el hiciera lo planeado, el ignorando a Madison levanto el cuchillo nueva mente y...
Quería gritar, quería ayuda, yo estaba muy cerca de él. Me tapé la boca con ambas manos reprimiendo un grito y escondiendo con mucho cuidado, intenté calmarme no podía creer lo que había acabado de pasar, había sido testigo de un asesinato a sangre fría, debía salir de ahí lo más rápido posible.
Tome la decisión de pararme un poco para ver si seguía ahí y poder correr hacia la cabaña a pedir ayuda. me paro con todo el cuidado del mun...

-Demonios! Exclamé susurrando, había pisado una rama. rápidamente intenté correr lo más lejos que pude, no podía entrar a la cabaña porque si entraba se daría cuenta de que vi todo y querrá entrar a por mí y mis amigas, no podía arriesgarlas a eso, no mire atrás ni un solo momento solo estaba decidida a salir de ahí lo más rápido posible, solo corría y corría pero oí pisadas acercándose cada vez más, corría cada vez más rápido pero sin resultado alguno, el seguía detrás de mí lo sabía, mi ritmo se iba acelerando cada vez más y mi respiración se hacía cada vez más rápida, solo podía mirar a los lados para ver si había alguien cerca, sin darme cuenta había salido del recinto en el que estaba, llegue al bosque y me escondí detrás de un árbol.

Intenté calmarme respirando, pero solo podía pensar en que él estaba ahí, rogaba para que no me encontrara solo quería salir de ahí, despertar y darme cuenta de que todo fue una terrible pesadilla. Pero cada vez se hacía más y más real, la oscuridad de la noche no me permitía ver absolutamente nada así que solo me quedaba pensar que él no estaba cerca, pero sus pasos seguían resonando en mi cabeza, lentos pero cada vez más cerca cuando de la nada paro, estaba justo detrás de mí.

Corrí y corrí más y más y créanme que no quería parar estaba asustada completamente aterrada por todo esto no se ni porque me estaba pasando esto, por qué ahora?, el solo seguía con su paso lento, pero de alguna forma lograba acercarse lo suficiente a mi... ya no sentía sus pasos me escondí tras una roca gigante y respiré. estaba en shock no podía moverme o hacer cualquier gesto, solo podía respirar y respirar cada vez más rápido, me tape la boca con ambas manos porque se estaba comenzando a oír muy fuerte.

ya no se oía nada, solo un silencio horripilante, cuando por fin creí que ya no estaba ahí, pude mover mis piernas otra vez y me paré para mirar el panorama no había nadie, absolutamente nadie.

-Ya se fue tranquila Emely, vas a estar bien.—Me dije a mi misma, Me di cuenta de que traía mi celular conmigo y lo tome como pude, llamaba a Ruth mi mejor amiga, rezaba para que despertara y descolgara la llamada porque si no me iba a volver loca.

-Emely? —pregunto con voz somnolienta. -Que no estás aquí mismo?

-Ruth te necesito, estoy fuera de la cabaña en el bosque.

-Que haces ahí?

-Mataron a Emma.

-Que?—Empecé a llorar por el shock.

-Emely estas bien? —Dijo ya empezándose a preocupar por los jipidos.

-No puedo hablar ahora, él está por aquí.

-Dónde estás?

-No lo sé... Ruth necesito ayuda—Dije muy desesperada.

-Iré a buscar ayuda, te buscaré.
-No, no salgas de donde estás, él puede ir a por ti y los demás. Quédate ahí y no te mue...

-Emely?

-... — solo se puede escuchar el estéreo del teléfono—Emely?!!!

-... — Ruth ya iba a pararse de la cama a buscar a su amiga, pero escucha algo.

-No se escondan — Dijo una voz seca y distorsionada.

-Quién eres? ¿Dónde está Emely?

-No se escondan....

Sagrada Traición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora