Los orbes de la fémina se mantuvieron estáticos en la cabellera del castaño.
Pues este al tener un auto descapotado e ir demasiado rápido hacia que a los dos se les despeinara el pelo.
Valen no tuvo más remedio que aceptar la invitación del varón, aunque en realidad no le molestaba en lo absoluto, solo lo quería joder.
La de cabello azabache mantenía fruncido el entrecejo, debido a que la única palabra que formulaba su mente era «¿a donde vamos?»
Mas no le duro mucho la duda, ya que llegaron a una playa vacía.
Era demasiado linda pese a que no había ningún ser vivo instalado en aquella costa.
Ambos bajaron al unísono observando el paisaje que tenían de frente; eran las cinco de la tarde y todavía permanecía un sol radiante.
El verano era la estación favorita de valentina.
Desde chica que adoraba aquel tiempo del año el donde cada familia, o amigos, viajaba horas en el auto tomando mate, jugando juegos o simplemente durmiendo — como en su caso — para llegar a alguna playa localizada en su mismo país cada año.
Sus veranos eran lo más, pues ella iba junto a toda su familia, repito, junto a toda su familia, la cual estaba conformada por su abuela, abuelo, tíos, primos — los cuales eran doscientos si contabas uno por uno — sus hermanos y padres.
Y ni hablar de cuando a mitad de sus vacaciones se juntaba con sus amigos a pasar el rato en la playa.
Cada vez que pisaba algún diminuto grano de arena la convertía en su niña que tenía adentro, y la sumergía a varios recuerdos que parecía haber olvidado.
— pasamela — el opuesto le arrojó la pelota haciéndola alarmarse.
— casi me pegas un pelotazo nene — río parándose.
— ¿cuantos jueguitos podes hacer?
— ¿cuantos crees?
pensó — 20.
el río negando — facilísimo.
Y tenía razón, a la ojiazul se le hizo eterna la espera.
— setenta y cuatro, setenta y cinco, setenta y seis... — intentó hacer una más pero su esfuerzo fue nulo, pues terminó cayéndose de cola al suelo.
carcajeó — fue lo mejor que vi hoy.
El la miro divertido.
— val pásame el mate.
ella obedeció — este año es el mundial de la sub veinte ¿no? — asintió — ¿estas nervioso?
el dudo la respuesta — te mentiría si te digo que no, pero como faltan algunos meses no me quiero hacer la cabeza.
— me estoy cagando de hambre, ¿quedaron facturas?
— si te las comiste todas — río.
— toma mi celu, pone en el google maps algún restaurante cercano.
Rápidamente tomaron asiento en el auto. No tomó mucho tiempo para que hayan localizado uno, hacia qué emprendieron viaje hacia su destino.
El viaje — no tan largo — no fue nada asemejado con lo aburrido, pues ambos disfrutaban de la música, y pasaron mucho tiempo escuchándola.
Mediante el santafesino conducía, valen le iba cebando mates tarareando las canciones reproducidas en la radio.
Cuando arribaron, se sorprendieron al ver lo hogareño y cálido que era el lugar.
Al entrar pidieron mesa y hallaron una desocupada a un lado de una ventada que daba vista al mar.
— que linda vista — sonrió el.
asintió — ¿como conocías este lugar?
— siempre venía cuando mamá y papá peleaban, con mis hermanos disfrutábamos pasar el día acá jugando a la pelota, y cuando llegaban los a casa hacíamos como si nada hubiese pasado — espetó con la vista aún en el océano.
— es muy lindo lugar, trasmite paz. pero, ¿por que no hay nadie en la playa? me sorprende que venga a comer mucha gente pero no a asolearse o meterse al mar — frunció el ceño.
— no se, pero mejor. a veces la gente es muy ruidosa — musitó al escuchar los llantos del bebe de la mesa de al lado — dios los libre.
domingo en paz
para escribir 🧘♀️no me gusto mucho
pero me voy a esforzar
para que a ustedes si <3
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love me harder, agustin giay
Fanfiction- mamita, lo que está la kinesio ★ en donde el jugador del ciclón intentaría no caer en los encantos de la kinesiologa del plantel. lenguaje argentino.