Descubrimientos y nuevos lazos

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Al llegar a su laboratorio, Tesla no pudo evitar que una sensación de incomodidad se formara en su pecho ¿Qué es lo que necesitaba hablar aquel soldado con Jack? Bueno, lo que fuera era mejor no preguntar porque de todas formas, el albino ya le contaría después... ¿cierto? Caracoles, era mejor seguir trabajando que estar pensando en cosas inútiles...

En eso estaba el castaño cuando, al poco rato, notó que el inglés entro en su laboratorio y se sentó en una esquina apartada para dejarlo trabajar, sin embargo, saber que ya había regresado dejo extrañamente aliviado al croata y por fin pudo concentrarse completamente en su trabajo.

Aquel día avanzó de forma rutinaria hasta la hora de la cena, cuando el peliplateado preparó algo sencillo para ambos, porque ese era el momento del día donde más solían convivir entre ellos, ya que Tesla siempre hacia espacio para cenar con Jack.

-Ammm ¿y que quería platicar contigo el señor Simo hace rato, amigo? - preguntó el inventor mientras cenaban, tratando de sacar el tema de la forma más "natural" posible, aunque por dentro se estaba muriendo de curiosidad.

-Nothing important Sir -Respondió tranquilamente el albino con una pequeña sonrisa -Solo tenía curiosidad sobre "my talent" porque al parecer él y yo compartimos ciertas circunstancias... similares. Así que quedamos de reunirnos alguna vez para hablar sobre nuestras "anecdotes"- concluyó el londinense levantando los hombros con desinterés.

-Pensé que eras "agente secreto", no soldado amigo- preguntó algo extrañado el ojiverde.

-So it was but...  aunque nuestros títulos fueran diferentes, si lo analiza detenidamente, notará que nuestro "trabajo" era muy similar, Sir: simplemente nos "encargábamos" de quien nos ordenara nuestro gobierno, ya fuera en una ciudad o en un campo de batalla...- dijo el albino sin dejar de cenar con calma.

Eso dejo pensativo a Tesla por un momento, era cierto, al final del día Jack y Simo fueron hombres "de acción", así que era natural que ellos tuvieran bastante de lo que pudieran platicar entre ellos... aunque eso no evitaba que Nikola se sintiera un poco celoso al respecto -Bueno, a mi también me gustaría que me hablaras más sobre tu vida Jack... no me has contado casi nada pero yo ya te conté todo sobre mí... además, a decir verdad el tema me produce mucha curiosidad- dijo el croata con una suave sonrisa.

-Yes, but my stories pueden ser un tanto "sangrientas" y no quisiera perturbar su mente con ellas, Sir- comentó algo cohibido el inglés mientras se rascaba un poco su mejilla

-No soy tan inocente como supones Jack... yo también viví en tiempos de guerra y conocí a varias personas involucradas en el tema – comentó seriamente el castaño -Así que tampoco creas que soy tan débil de mente- concluyó ligeramente indignado el científico lo que provocó que el peliplateado sonriera con ternura.

-I know that you are very stong sir, but... me preocupa que usted se decepcione de mí al saber más sobre mi pasado...- comentó algo preocupado el londinense -además, disfruto mucho más hablar de literatura con usted, aparte de que me fascina verlo trabajar, claro está- concluyó Jack haciendo sonrojar un poco al inventor quien tosió un poco para que el otro no notará su estado de ánimo (aunque claro que el inglés lo supo y volvió a sonreír).

Sí, porque aunque Tesla fue reconocido por sus grandes inventos, de hecho estaba muy versado en muchos temas, por lo que el londinense además de verlo trabajar, también gustaba mucho de platicar con el croata durante varias horas sobre literatura y filosofía, por lo que en más de una ocasión, el albino ya le había recitado al castaño varios de los poemas que conocía de memoria del maestro Shackspeare (lo cual Nikola disfrutó muchísimo).

-Entiendo y te lo agradezco Jack, pero debes saber que nada de lo que me digas hará que cambie mi opinión sobre ti: tu pasado es diferente al presente y sin importar nada, tú eres el valioso amigo con el que he logrado divertirme y sentirme seguro en medio de toda esta locura- concluyó el científico poniendo su mano sobre la del londinense, quien solo asintió con ternura.

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