Revelaciones...

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Y así llego la luz de un nuevo día, en medio de amores apasionados y preciosos recuerdos...

El sol sorprendió a Simo sentado en su mullido sillón al lado de la chimenea de su departamento. De hecho, no era extraño que el finlandés pasara, las pocas noches que decidía dormir en ese lugar, de aquella forma (en lugar de dormir en su cama); pero hacia tanto que no recordaba a su primer y único gran amor, que no pudo evitar sonreír con nostalgia en cuanto terminó de despertarse...

¿En dónde estaría el capitán Juutilainen en ese momento? Seguramente con su familia (¿Dónde más si no?); pero siendo sinceros, no podía estar seguro pues nunca intentó buscarlo luego de llegar al edén... ¿para qué lo haría? Lo que hubo entre ellos se terminó hace demasiados años... y si no intentó luchar por esa relación cuando estaban vivos ¿Por qué lo haría ahora? Además, la felicidad que irradiaba Aarne al lado de su esposa e hijos, siempre fue la mayor y mejor prueba de que el soldado hizo lo correcto al apartarse de su camino...

Precisamente por eso, hace mucho tiempo que el azabache se había propuesto (y logrado) dejar de recordar al ojiazul, pues la esperanza sin fundamento, es un sentimiento que siempre se convierte en veneno para el alma... y esa lección Simo la tuvo que aprender de la forma más dolorosa...

Por todo eso, tras un par de minutos, el francotirador suspiró profundamente y decidió iniciar su día tomando un largo baño para así, limpiar su mente con el frio tacto del agua, pues los recuerdos, aunque dulces, solo abrían viejas heridas mientras que el presente... bueno, el presente al menos le ofrecía el consuelo de un verdadero amigo; cosa que no había tenido en mucho (demasiado) tiempo... y por el que, al menos por ahora, su existencia había dejado de ser una infinita repetición del mismo y monótono día...

Así que solo por haber conocido a Jack y su interesante personalidad, para el finlandés ya habido valido la pena el haber aceptado la peligrosa invitación de Brunilda, aun si eso significaba que sus días estuvieran contados.

Sin embargo, en su caso en particular: ¿en verdad había alguna diferencia entre desaparecer o seguir existiendo tal y como lo hacía? Lo cierto es que ni el propio Simo, estaba seguro de la respuesta...

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De esa forma siguieron pasando los días de manera tranquila... pero ya que no hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla, finalmente se acabó la espera y en un par de días iniciaría el tan temido Ragnarok....

Durante esa última semana, Simo, Jack y Nikola habían continuado con sus respectivos entrenamientos y siendo sinceros, los tres estaban muy contentos con los resultados obtenidos: No solo el inglés había desarrollado una puntería tan excelente (estatico y en movimiento), que sería digna de la envidia de varios tiradores; si no que además, los reflejos del científico aumentaron tanto que, en un par de ocasiones, ya había conseguido atrapar a Jack... lo cual era un logro realmente complicado.

Por ello, en medio de ese ambiente que era percibido por todos como "la calma antes de la tormenta", a nadie le sorprendió cuando Brunilda anunció que organizaría una última fiesta antes de que el torneo empezara; por lo que la noche antes del inicio del Ragnarok, todos los peleadores volvieron a reunirse llevando sus mejores galas...

Para dicha velada, las valquirias acondicionaron nuevamente el salón de fiestas donde todos se conocieron por primera vez, aunque a diferencia de esa ocasión, ya que ahora todos los einherjer se conocían mucho más, el ambiente de este evento fue mucho mas festivo y relajado que la vez anterior, lo cual resultó ser muy agradable para todos.

¿A quién le importaban todas las advertencias y todo lo que las semidiosas les explicaron sobre las habilidades de los dioses? Lo cierto es que, aunque todos los humanos entendían perfectamente que la labor que les habían encomendado era prácticamente imposible, aún así, todos ellos se sentían muy seguros de sus propias capacidades... y si aún a pesar de estas, perdían y debían desaparecer... bueno, pues eso ya sería cosa del destino, así que en realidad ninguno de ellos se afligía pensando sobre lo que sucedería en el torneo...

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