๑•Capítulo Veintidós•๑

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La sala de espera del consultorio del doctor Shin estaba vacía cuando Namjoon y Jimin llegaron aquella mañana, quince minutos antes de su cita.

El psicólogo les había hablado por un intercomunicador y les había hecho pasar, no sin antes pedirles que aguardaran un instante.

Jimin se sentó en una silla y Namjoon prefirió quedarse de pie a su lado. El más pequeño estaba nervioso; sin embargo, saber que el moreno estaba con él había disipado los temores que siempre había tenido ante la idea de someterse a un tratamiento de hipnosis.

Un par de minutos después, el hombre los convocó a su consulta. Caminaron por un estrecho pasillo y se detuvieron frente a una puerta de madera en la que se podía leer en un letrero de bronce: «Shin Goo. Doctor en Psicología.»

—Pasen.

Jimin entró primero, seguido de cerca por Namjoon. El doctor Shin se levantó de su silla al verlos entrar y se acercó a ellos.

—Detective Kim, joven Lee —saludó y extendió la mano—. Bienvenidos.

Jimin notó que había mencionado el apellido que había adoptado después de su secuestro.

—Gracias, doctor Shin —respondió Jimin y estrechó su mano.

—Doctor —saludó Namjoon y echó un vistazo al lugar. Había un gran ventanal que daba a la calle, pero las cortinas estaban corridas y dejaban el consultorio sumido en medio de la penumbra.

—Vengan por aquí. —Los condujo hacia un sector apartado donde había un cómodo diván y una poltrona ubicada justo enfrente.

—Siéntese, joven Lee.

—Jimin, por favor. —No se acostumbraba a que lo llamaran así.

El doctor Shin le sonrió mientras sus ojos, ocultos detrás de sus gafas, lo observaban con atención.

—¿Puede Namjoon quedarse conmigo durante la sesión de hipnosis? —quiso saber antes de aceptar definitivamente.

—No es lo habitual, pero dadas las circunstancias de su caso, creo que no hay ningún inconveniente. Solo deberá guardar absoluto silencio —subrayó y se dirigió a  él detective.

—No se preocupe, le prometo que ni siquiera se notará que estoy aquí —dijo mientras se sentaba en una de las esquinas del diván.

Jimin se sentó a su lado y el doctor Shin le pidió, entonces, que se recostara y cerrará los ojos.

—Sé que prometí permanecer en silencio pero ¿puedo sostener su mano mientras usted lo hipnotiza?

Shin Goo suspiró resignado.

—Supongo que tampoco será un inconveniente.

Jimin le sonrió y buscó su mano antes de cerrar los ojos.

—¿Está nervioso?

Jimin asintió con un leve movimiento de cabeza.

—Lo primero que debe hacer es tratar de relajarse. La hipnosis es solo una herramienta para que los pacientes recuerden incidentes por mucho tiempo olvidados. No encierra misterio alguno y no debe causarle ningún temor; sólo se  encontrará en un estado de concentración enfocado —comenzó a hablar más pausado—. Su cuerpo, lentamente, se irá relajando y su memoria se agudizará. Quiero que comience a respirar muy profundamente, con cada exhalación liberará la tensión y la ansiedad acumuladas.

Namjoon observaba con atención sin soltar la mano de Jimin.

—Concéntrese en cada músculo de su cuerpo. —Su voz se había tornado más grave—. Relaje su rostro, afloje la mandíbula, descienda por los músculos del cuello, luego sus hombros y brazos. Pase por su espalda y su estómago y siga hasta sus piernas, como si su cuerpo se estuviese hundiendo en el diván.

Siempre Me Recordarás- MiniMoni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora