Capítulo 7: Buenas noches

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—Mierda, olvidé que Ashlyn me puso esto... —Con una mano en su corazón exaltado, levantó su muñeca para mirar el ruidoso reloj que indicaba que su madre la estaba llamando—. Aunque es útil... —No pudo evitar añadir al tomar el celular para aceptar la llamada. —Hola, ¿mamá?

—Feliz cumpleaños, hija, ¿cómo has estado? ¿La pasaste bien en tu celebración? Ya debe ser de noche por ahí, ¿no? ¿Aún estás celebrando? Recuerda no desvelarte demasiado.

—Estoy bien —comenzó a responder con paciencia las múltiples preguntas—. Lo pasé muy bien y sí, ya es de noche aquí, pero estaba ordenando un poco antes de irme a dormir.

—¿Ordenando? Pero es tu cumpleaños, ¿tus amigos no te ayudan?

—Solo ordenó un poco, mañana vendrán a ayudar —mintió para que no siguiera con el tema—, pero, ¿cómo les va a ustedes por allá? ¿Ya almorzaron?

—Apenas, sabes cómo es tu padre de exigente —se quejó—. Estuvimos horas para que estuviera conforme con una foto y recién nos pudimos desocupar.

—Bueno, es por eso que está catalogado como el mejor fotógrafo, mamá —le recordó.

—Lo ves, mi hija, sí, me entiende —intercedió su padre al teléfono—. Cariño, soy papá, recuerda estar atenta mañana porque debería llegar nuestro regalo. Queríamos que llegara hoy, pero hubo un retraso con la entrega. Ya sabes cómo es tu madre, siempre agregando cosas a última hora.

—Era algo necesario, ya me lo agradecerá —justificó para luego agregar—: Y no lo olvides, mira que tú siempre eres distraída.

—No lo olvidaré, mamá, no te preocupes —dijo en un tono aburrido que anticipaba el discurso posterior.

—El día que te cases me dejaré de preocupar, pero así como vas te tendré que meter a un convento, porque te quedarás para vestir santos —se quejó como siempre cada vez que sacaba el tema—. ¿Qué hay de ese chico Brian? ¿Por qué no sales con él? Estoy segura de que le gustas, deberías intentarlo.

—Mamá, es solo un amigo, ¿cuántas veces debo decirte? —cuestionó cansada de su insistencia, quizás si supiera por qué no quería novio, sería distinto; sin embargo, no la preocuparía por algo que ya pasó y no volvería a pasar.

—No le hagas caso a tu madre, cariño. No tienes que apurarte en conseguir novio, puedes seguir siendo la niña de papá el tiempo que quieras.

—Rick Anderson —su madre levantó el tono, molesta—, ¿quieres que tu hija sea una solterona toda la vida? ¿Cuándo tendremos nietos así?

—Ella verá cuando, Catherine —tranquilizó—, no la presiones. Cuando sea el momento, encontrará a la persona indicada, tal como nosotros.

Incómoda por el tema y el sonido meloso que se escuchaba de fondo luego de esa declaración, Naike tosió. —¿Y cuándo volverán? ¿Estarán aquí para las fiestas?

—Oh, no, lamentablemente no podremos volver antes. La prospección arqueológica de tu madre arrojó resultados y llevará un tiempo explorar el lugar y hacer los informes. Lo siento, cariño.

—Está bien, entiendo, es su trabajo. —Desde que era pequeña estuvo acostumbrada a estar sola, así que no la molestaba, solo estaba un poco decepcionada.

—Hablando de trabajo, ya nos están llamando, debemos cortar —aviso con desgana—. Estaremos en contacto, cuídate, te amamos.

—Los amo, chau.

Luego de cortar, terminó de ordenar el desastre que quedó y puso en remojo todo lo que debía lavar mañana antes de llevar todos sus regalos a su habitación.

Golpe de amor ~Entre hojas que caen, una historia surgióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora