Prólogo

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Sss...

Sss...

Sss...

Tap

Tap

¡Tap!

Fueron los primeros y los comunes sonidos que persistieron.

Tener los objetos en un lugar o en una posición en la que no los dejó, podía razonarlo. Al principio solo estaba confundido y se aseguró a si mismo que se debía a su cabeza distraída y cansada.

Escuchar ruidos en las otras habitaciones mientras se encontraba en su cama era algo que podía ignorar.

Incluso con esas pisadas que lo acechaban y esas respiraciones en su oído que le daban escalofríos.

Todo eso podía tolerarlo.

O eso quería creer.

Duchas de Media NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora