S02C06:
LA FORTALEZA***
Una vez dije que nuestro primer error fue confiar que en Nueva York no había peligro, pero estábamos muy equivocados: nuestro verdadero primer error fue creer que esto alguna vez terminaría.
***
Y cuando estuvimos a puntos de ser despedazados por miles de cadáveres, la puerta se abrió y, a partir de ese momento, nuestras vidas jamás volvieron a ser las mismas.
Sé que sueña raro que diga esto, estando en medio de una infección global que aniquiló a la mayor parte de la población mundial, pero rápidamente entenderás porqué.
Detrás de esas imponentes maravillas de la carpintería, detrás de esas puertas, había un Museo. Y dentro de ese museo, un grupo de personas, que espontáneamente, habían salvado nueve vidas, nuestras vidas.
— ¡Rápido, —gritó un hombre que llevaba un uniforme algo parecido al de un policía —entren!
Tyler y yo nos quedamos en la puerta, intentando retener a los cadáveres mientras el resto del grupo ingresaba.
— ¡Vamos! —gritó Jack.
La puerta se cerró automáticamente luego de que nosotros entráramos. Las gigantescas aberturas parecían no moverse, a pesar de tener miles de esos monstruos ejerciendo presión.
Estábamos muy agitados, y desconcertados. Dentro del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, había un gran número de personas, que lentamente iban acercándose al sujeto que nos había abierto la puerta:
— Eso estuvo cerca, —exclamó el hombre mientras esbozaba una media sonrisa y movía la cabeza —¿no lo creen?
Estábamos mudos, y exhaustos.
— Demasiado cerca... —respondió por fin Tyler —nos han salvado la vida.
— No ha sido nada. Trent, mi hermano, se percató de lo que sucedía afuera y no íbamos a dejar que ocurriese sabiendo que tenemos un refugio y comida de sobra...
— No se tienen una idea de lo afortunados que son al contar con esas dos cosas —agregó Hillary mientras recuperaba la respiración.
— Gracias —dijo Tyler mientras extendía su mano —soy Tyler.
— Trevor —respondió mientras éste, sellaba el saludo —y bienvenidos a nuestro humilde morada de casi 180.000 m2...
Todos rieron.
— Ellos son Thomas, Jack, Samanta, Peter y Todd, Miley, Hillary y Brian —exclamó Tyler mientras nos señalaba.
Luego, Trevor comenzó a presentar a los suyos:
— Él es Trent, mi hermano. Luego Patch, el único conserje sobreviviente del Museo. También están Matt y Mitch, los jóvenes hermanos. Después Susan y sus hermosas hijas Amy, la mayor, y Cassie, la menor. Siguen Heather y su hija de diecisiete años, Lucy. El joven Alex y su hermanita menor, la pequeña Sky...
Siguió con los nombres a medida que iban apareciendo.
— También, Rebecca y su hijo Sam. Los jóvenes enamorados: Emma y Logan y por último...
Movió su cabeza, como si estuviera buscando a alguien.
— ¡Julie! — exclamó por fin mientras ella salía entre la multitud de los huéspedes del Museo.
— ¿Julie? —susurró Brian.
— ¿Papá? —dijo mientras, paso a paso, se acercaba hacia nosotros.
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El Diario de Thomas J. (I)
AzioneThomas, un joven periodista, se embarcará en un viaje donde espera poder alcanzar sus metas y cumplir sus sueños, sin ser consciente de que, en realidad, allí vivirá la peor de sus pesadillas. El mundo está a punto de cambiar para él y para el resto...